Los jabones artesanales “made in Spain” que quieren conquistar Nueva York 

Artesanía

Los jabones artesanales “made in Spain” que quieren conquistar Nueva York 

Los productos de los hermanos argentinos Sabater han enamorado a los españoles y ahora cruzan el océano para seducir a los neoyorquinos en la tienda de firmas independientes de lujo Flying Solo.

El origen de Sabater Hnos. Fábrica de Jabones, con sede en Barcelona, se puede decir que se remonta a 1937. Ese año, en España en plena Guerra Civil, Sebastián Sabater abrió una perfumería en Argentina, después de inventar máquinas para la elaboración de jabón. “Mi abuelo trabajó en varios laboratorios de renombre, y luego mi padre siguió el oficio y también es perfumista”, explica Eliana Sabater, propietaria de la tienda barcelonesa. Pero la economía del país andino se complicó y también el negocio familiar. “Cuando mi hermano y yo tuvimos edad, nos involucramos en la empresa y lo enfocamos de otra manera. Pasamos de la venta mayorista a la minorista y funcionó muy bien”. Y eso les animó a abrir, en 2001, pese a la crisis del corralito, su propio establecimiento. 

Pero Eliana decidió emigrar y aventurarse, y en 2006 inauguró una tienda en el barrio gótico de la capital de Cataluña, y lleva desde entonces vendiendo sus productos artesanos. “Hay muchas maneras de elaborar un jabón. Nosotros priorizamos la máxima calidad y, a nivel de fragancias, manteniendo la relación con la Alta Perfumería, que es el legado que nos han dejado mi abuelo y mi padre como perfumistas”, señala Eliana, para quien vivimos en una época en la que “el mundo de la cosmética es muy de ilusión y, sobre todo, de mucho marketing”. Con esa percepción, Eliana quiere enfatizar que ellos se focalizan en el producto y lo que ofrece. Y no ir más allá de eso. 

En la imagen superior, champú solido para cabello seco, con cinco aceites vegetales: girasol, oliva, germen de trigo, semilla de uva y rosa mosqueta. Sobre estas líneas, pastillas en forma monodosis, que se parten en cuatro trocitos para llevarlos de viaje.

Ahora, vuelve a cruzar el océano, regresa al continente americano, pero al norte, al barrio del SoHo, en Nueva York. Animados por muchos turistas neoyorquinos que siempre repiten y compran los jabones cada vez que vienen a Barcelona, “nos creó cierta inquietud saber cómo estaba el mercado por allí y luego nos contactaron de Flying Solo para formar parte de su showroom, en la céntrica calle W Broadway”. En este espacio solo exponen marcas independientes y éticas para clientes que valoran el diseño y la artesanía. A la vez, los jabones están disponibles en la web de esta plataforma que también cuenta con otra tienda en París con la misma filosofía de reunir firmas de lujo fuera de los grandes centros comerciales. 

Jabones con formato baldosa de lemongrass, la estrella del establecimiento.

Antes de lanzarse a la conquista del mercado norteamericano (de momento expondrán allí cuatro meses), “hicimos una escapada y nos gustó muchísimo, nos pareció un buen sitio para expandirnos y, además, vimos que no había mucha oferta en jabones de buen producto a buen precio”. 

Para lograr esa calidad trabajan con “una base de materia prima muy noble, que son aceite de oliva y de coco. Y no llevan ningún componente tóxico. Agregamos los ingredientes fundamentales como para que cumpla determinadas funciones o huela de una manera y nada más”. Son productos veganos, biodegradables y todo lo naturales que se puede: “Para calcular que sea natural hay unas fórmulas preestablecidas. Todos los productos que hacemos están dentro de ese parámetro”, apunta la argentina. 

En la gama de jabones con propiedades, el más vendido es el de caléndula (en la imagen).

El jabón superventas de esta marca es el de citronela, que “está hecho de aceite esencial puro de lemongrass y huele de maravilla, es superfresco”, y el otro más demandado es el de caléndula por sus propiedades (calmantes, suavizantes, antisépticas, cicatrizantes y estimula la producción de colágeno de la piel, según indican en la web). Dentro de la gama de 12 jabones que no solo limpian, sino que aportan algún efecto beneficioso específico (todos aptos para cara y cuerpo), el del árbol de té “lo compran muchos adolescentes para el acné y pieles grasas”. 

Su producto más distintivo y de mayor precio (en relación con el peso) son los pétalos de jabón. “Se utiliza uno por cada lavado, y también se los llevan para decorar y para ponerlo en el armario y perfumar”. Las cajas individuales cuestan 13 euros (100 gramos). Además de este formato distinto, la marca también ha pensado en las personas que se van de viaje y no quieren malgastarlo: comercializa pastillas en monodosis, “una tableta troquelada en cuatro partes para cortarlo en trocitos”.

Jabón tipo pétalos, de fresa. Cada uno es para un lavado.

En el catálogo se encuentra, además, el champú sólido para el pelo, ahora muy de moda. “Está elaborado a base de coco, y hace espuma. Lo tenemos en formato de 110 gramos” (11 euros). Y mientras exploran tierras americanas, los hermanos Sabater ya piensan en dos nuevas fragancias para sus jabones y hasta en lanzar una pastilla para lavar nuestros adorables perros.

Los hermanos Sabater elaboran jabones con distintas formas y en miniatura, como fresas, limones, letras, números y las figuritas de la imagen.