RS Barcelona: los billares y futbolines con más clase son españoles 

Artesanía

RS Barcelona: los billares y futbolines con más clase son españoles 

Sus creaciones traspasan la vida mundana y alcanzan el firmamento del diseño y la artesanía. 

Año 1975. Rafael Rodríguez Castillo, empleado de la metalurgia, decide independizarse y monta su propio taller de chapa metálica. Algo modesto. Pequeño. Las cosas no van mal y el negocio se convierte en una nave industrial en Viladecans (Barcelona). En ese justo momento se unen al proyecto sus hijos, Rafael y Sergio. “Allí comenzó todo. Parte de mi infancia y la de mi hermano la pasamos en aquel pequeño taller, con ese olor especial que hace el metal en estado puro. Algunos fines de semana íbamos a ayudar y con el paso de los años se convirtió en nuestra segunda casa y en nuestro modo de vida. Cuando aún estábamos en el instituto ya nos tocaba trabajar los fines de semana. Por supuesto muchos sábados maldecimos los madrugones en el taller. Te mentiría si dijese lo contrario. Pero fue un proceso muy natural. Nada forzado. Un destino que estaba marcado y al que nosotros no quisimos renunciar. Fuimos aprendiendo e interiorizando el metal en nuestro día a día hasta que te das cuenta de que lo que haces te gusta y te sientes realizado y satisfecho con lo que eres capaz de crear a partir de una chapa de metal”, nos cuenta Rafael Rodríguez (hijo), CEO de RS Barcelona.

En la imagen superior, detalle del futbolín RS4 Home diseñado para jugar en casa, tanto interiores como exteriores, y todas las edades. Sobre estas líneas, el modelo RS Max en el que pueden disfrutar ocho personas. Es el más caro de todo el catálogo: 7.890 euros.

Fabricaban casi todo lo que se puede moldear y crear con ese consistente material, como patas de mesas de oficina, racks para pasar cables o máquinas de vending con ganchos para atrapar los peluches. Uno de sus clientes era Billares Córdoba, para el que fabricaban todas las piezas metálicas de los futbolines, “desde los sistemas de recogida de bolas, el mecanismo de monedas hasta los ceniceros”, recuerda Rafael Rodríguez.

Futbolín RS 2 Gold, el más sofisticado, con los jugadores en color oro y plata y estructura de metal blanco. También está disponible en negro.

Llega 2006. Los hijos del fundador andan inquietos, barruntan ideas, les gustaría diseñar algo propio… Nace el futbolín RS2 y la compañía RS Barcelona: “Queríamos fabricar algo que fuese 100% nuestro, que saliese de nuestra mente, trabajado con nuestras propias manos y con nuestro auténtico sello. Teníamos el expertise de los futbolines colaborando tantos años con Córdoba y decidimos diseñar y fabricar nuestro propio futbolín pero para el hogar. Y cómo no, tenía que ser metálico. Así que decidimos reinterpretar el modelo clásico español bajo nuestra forma de entender el diseño. Combinar juego y diseño. Sacar el futbolín del garaje para incorporarlo a las zonas más vividas del hogar. Donde se pudiese mostrar y lucir. Y para ello, tenía que hablar el mismo lenguaje que el resto de mobiliario: el lenguaje del diseño. El juego es un elemento que forma parte de la infancia y, el futbolín en particular, de la adolescencia de nuestro país. Es parte de nuestra cultura. ¿Quién no ha pasado tardes enteras en los recreativos o noches en el bar jugando a fútbol en pequeñito? Nosotros muchas. Aunque tal como nos hacemos mayores el juego pasa a un lugar relegado en nuestro día a día, esto no debería ser así. Nunca hay que dejar de jugar. Debemos incorporarlo a nuestra vida adulta porque nos ayuda a conocernos a nosotros mismos, interactuar con los demás y compartir. Nos une como personas y proporciona bienestar, no solo físico sino también emocional”. 

Billar Diagonal de ocho pies para exteriores. También disponible en blanco y en una versión para interiores.

Tras el éxito de aquel RS2, y con una capacidad de producción mayor, se centran solo en sus creaciones y aparecen su primer ping-pong, en 2013 y, en 2018, el billar. “Nuestro principal mercado es el americano y allí, que no tienen problemas de espacio en las casas y la cultura del juego está muy implantada, nos demandaban el billar. Así que había que hacerlo, era la tercera pata de nuestra colección de mesas de juego. Es un deporte que ya de por sí transmite elegancia. Un juego de líneas, cálculos y precisión. El diseño de nuestro billar, al que llamamos Diagonal, debía ser exactamente eso: líneas puras, minimalismo, más es menos. Seguramente, si me hacen elegir entre uno de los tres juegos, diría que el futbolín es mi ojito derecho, además lo hemos diseñado nosotros todo en casa. Pero da igual. Dame una raqueta o un taco y le pongo las mismas ganas y lo disfruto igual. Al final, se trata de jugar y pasar un buen rato con los míos, que es lo que más me gusta”.

Aparte del clásico futbolín español (jugadores metálicos de dos piernas, inclinación del campo hacia el centro, alineación 3-3-4 y bolas compactas de 34 mm), con el diseño, acabados y materiales de alto segmento y según la demanda de los distintos mercados, han ido desarrollando otros modelos (RS3, RS3 Wood, RS Max (con ocho jugadores), RS4 Home… Jugadores de dos piernas o taco (juntas), en alineación 2-3-5, bolas silenciosas, versiones para el exterior, sobre de cristal para utilizar el futbolín a modo de mesa e incluso con jugadoras (fueron los primeros en hacerlo).

Mesa de ping-pong You and Me para interior. Cuando se termina la partida, la red, las palas y las bolas se guardan en un cajón lateral.

Y los jugadores se pintan a mano a gusto del cliente. “Todos estos elementos que hacen que nuestros futbolines sean piezas icónicas, los podemos llevar a cabo porque se fabrican y montan completamente en nuestras instalaciones. Eso nos permite llegar a niveles de personalización muy específicos que convierten cada futbolín en una pieza auténtica”, apunta Rafael Rodríguez.

El último es una colaboración con el estudio de diseño barcelonés Hey Studio, que la tienda del museo MoMA de Nueva York ha seleccionado como pieza MoMA Exclusive, y solo se vende allí. ¿El más caro? El RS Max, para ocho competidores: 7.890 euros. Su icónico RS2 Inox cuesta 5.915 euros.

Pista Track Shuffleboard de 12 pies (también disponible en nueve pies).

Sus billares se engloban bajo la colección Diagonal, en dos tamaños (de siete y ocho pies): “En nuestro billar, la clásica pizarra que conforma el área de juego se ha sustituido por fibrocemento con fibras naturales, un material mucho más resistente a los cambios de temperatura y que ofrece mayor durabilidad y resistencia a los golpes y al uso intenso. La versatilidad también forma parte del ADN de la colección Diagonal. Mediante el sobre de madera (en tres piezas para su fácil almacenaje) el billar se convierte en mesa de comedor o de reuniones, maximizando la usabilidad del espacio. Ahí es donde radica nuestra propuesta de funcionalidad y usabilidad, en ofrecer soluciones ingeniosas que nos permitan disfrutar de nuestros juegos favoritos sin renunciar al diseño aunque el espacio sea limitado. ¿Por qué tener que escoger entre una mesa de comedor o una mesa de billar en el salón si puedes tener las dos?”.

Como orientación, un Diagonal de ocho pies cuesta 12.290 euros. Para su mesa de ping-pong confiaron en el diseñador  Antoni Pallejà “que nos tenía robado el corazón por la elegancia y la simplicidad formal de sus trabajos”. El resultado es You and Me (4.495 euros), con ese cajón oculto en su propia estructura. En un santiamén cosechó un puñado de premios por todo el mundo.

Perchero inspirado en un futbolín, otra de las creaciones de RS Barcelona.

El último reto ha sido el Shuffleboard, muy popular en Estados Unidos: “Conocí este juego que hace furor en América en uno de mis viajes a New York y me enganchó desde el primer momento. Se trata de lanzar los discos sobre una pista muy larga e intentar llegar lo más lejos posible sin que caiga por el extremo opuesto. Llegar al límite sin caer. Digamos que es una mezcla entre petanca y curling. Entretenido y mucho pique. Presentamos el Track shuffleboard en el Salone del Mobile de Milán en abril del 2023 y fue muy bien acogido por los clientes. Hace unos meses hemos entregado las primeras unidades y todo parece indicar que la cuarta pata de nuestra colección de mesas de juego será un nuevo hito en la corta pero intensa vida de RS Barcelona. Tenemos mucho trabajo para convertirlo en un hit en Europa ya que prácticamente solo lo conocen en Reino Unido, de donde es originario, y en los países escandinavos. Pero ya lo he dicho, soy muy cabezota”. Cuesta, si quiere darle a este juego, 12.995 euros.

La personalización es uno de los valores irrenunciables de Rafael (hijo) y Sergio. El primero nos cuenta algunas… ¿locuras?: “Hay muchos niveles, desde el más básico, que sería elegir los equipos de los jugadores del futbolín, hasta jugadores impresos en 3D en forma de verduras para un proyecto con el chef José Andrés. Una de las más caprichosas fue la de un cliente que quería un futbolín en el que todos los jugadores eran distintos: el género, el color del pelo, el color de la ropa… Cada jugador representaba a uno de sus nietos y llevaba el de su edad serigrafiada a la espalda. Era para su casa en la playa, en la que se reunía toda la familia una vez al año. Luego nos pidió otro idéntico para su piso en París, donde celebraban todos juntos la Navidad. Un capricho con mucho sentido, ¿no?”. Que ustedes jueguen bien.  

La compañía ha convertido un muñeco de futbolín, pintado a mano, en un colgador de pared.