Comenzó a tejer cestos en paja, junco o xesta (retama) a finales de la primera década del siglo XXI para preservar una tradición que “estaba a punto de desaparecer en Galicia”. De ahí nació su interés por las corozas, una prenda hecha con juncos y paja que protegía a los campesinos de la lluvia y cuyo origen se remonta casi a la prehistoria. Ha recuperado las técnicas de fabricación con nudos y las estructuras de esta prenda, cuya confidencialidad preserva celosamente.
En su taller de Moscoso, una pequeña parroquia del municipio de Pazos de Borbén, en Pontevedra, crea sus piezas, entre ellas algunos modelos de bolso para Loewe.
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