Si bien hay modelos básicos de firmas consagradas que casan prácticamente con cualquier actividad que realicemos durante las 24 horas del día (Rolex, Patek Philippe, o Audemars Piguet), hay muchas otras menos conocidas cuya mecánica y estética tienen mucho nivel y se adaptan al día a día.
Aunque la rigidez del protocolo se ha relajado hasta el punto de sustituir zapatos oxford y stilettos por sneakers, en relojería las normas de etiqueta requieren, por el contrario más que nunca, de un reloj ad hoc.
En una cena de gala, un evento especial o una boda, por poner algunos ejemplos, está totalmente desaconsejado llevar un cronógrafo. En ocasiones menos solemnes, pero igualmente especiales en las que el vestido de cóctel o el traje es la prenda indicada, se recomienda el uso de un reloj que seduzca a los espectadores por su estética y a su dueño por la mecánica. Para el fin de semana el dress code se relaja.
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