A finales de julio se celebra el tercer aniversario del reconocimiento de los Perros Valdueza por parte del Ministerio de Agricultura y la Real Sociedad Canina de España como raza pura. Y desde entonces, cada año, se realiza una jornada de calificaciones de estos ejemplares en distintas fincas propiedad de Alonso Álvarez de Toledo y Urquijo (Llodio, Álava, 30 de septiembre de 1939), XII marqués de Valdueza. Este año se ha celebrado en la finca El Pinar, lindando con Ávila capital. S. M. la Reina doña Sofía —gran amante de los animales, especialmente de los perros— acompañó a la familia durante la jornada, disfrutando del proceso de calificación de 70 magníficos ejemplares.
El mismo Álvarez de Toledo y Urquijo define a sus canes: “Es un perro grande, de más de 65 cm de alzada las hembras y 75 cm los machos, y fuerte. El color tiene que ser blanco, aunque se admite también los encerados tendentes a blanco. Y, aunque en su origen es un perro para montería, también es muy agradable, muy sereno y muy cómodo, se puede tener en casa perfectamente; he visto a niños montarse a lomos, como si fuera un caballo, y tan tranquilo”.
A la cita acudieron 70 ejemplares de diferentes partes de España: Ciudad Real, Jaen, Ávila, Navarra, Málaga o Valencia. “En estos tres años —comenta Álvarez de Toledo— llevamos registrados unos 350 perros a los que sumaremos algunos ejemplares más que no pudieron acudir y se les ha citado para calificarlos en Madrid en los próximos días.
Además de S.M. la Reina, estuvo representado el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación por la consejera técnica Montserrat Castellanos; Antonio Collantes, como experto en razas de caza y, por parte de la Asociación Española de Rehalas el delegado de Castilla y León, José María Pacheco. “Para hacer las mediciones —explica el impulsor de la raza— se mira la longitud del animal, su anchura, las formas y el estado de la dentadura, así como la manera en la que asienta patas y manos. Este año los encargados de las calificaciones han sido Ángel Pons y Carlos Salas, expertos en perros, y el veterinario Manuel Luque, gerente de la Real Federación Española de Ganado Selecto. El primer premio de perro macho recayó en un ejemplar de Andrés Torres (Navarredonda, Ávila) y el primer premio de hembras, lo hizo en una propiedad del marqués de Valdueza.
Más de 80 años de historia
En 1942 Alonso Álvarez de Toledo y Cabeza de Vaca, padre del actual titular del marquesado, comenzó a hibridar podencos andaluces y mastines leoneses-extremeños de los que se criaban en algunas de sus fincas, dando lugar a una nueva raza de canes que se empezó a denominar Perro Montero Valdueza. “Fue mi padre, como gran aficionado a la caza que era, quien decidió crear una rehala. Siempre se dedicó a la cría de ganado, por lo que en la selección trató de buscar un perro que, además de eficiente, fuera morfológicamente bonito”, explica el actual titular del marquesado.
Tras el fallecimiento de su padre en 1987 Alonso siguió con el sueño de su progenitor: “Hace más de 30 años –recalca– que me hice cargo de la rehala. Los perros Valdueza ya contaban con un gran instinto cazador, así que empecé a asentar su morfología, remarcando el color blanco marfileño, encerado o con manchas de color café con leche muy ligero. Además, me traje de Francia grifones vendeanos para cruzarlos, también blancos y con un gran olfato para los lances cinegéticos”.
Los perros se crían en las instalaciones que la familia Álvarez de Toledo tiene en la finca de Piedrabuena (Ciudad Real). En la actualidad cuentan con 110 animales, “aunque el núcleo fundamental son los perros de las rehalas que van a cazar más las hembras y las crías”, señala Valdueza. La raza está en clara expansión: el año pasado fue una de las razas de las que más ejemplares se calificaron. Aproximadamente se obtienen unas diez camadas anuales unas cinco o seis crías cada una, que aseguran la continuidad y expansión del perro enseña de la montería española.