Una de las últimas máquinas de escribir de Hemingway, a subasta

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Una de las últimas máquinas de escribir de Hemingway, a subasta

El lote también incluye cuatro negativos fotográficos en los que se muestra la cabaña de la familia del autor junto al lago Walloon en Míchigan.

Ernest Hemingway, uno de los escritores más prolíficos del siglo XX, es considerado uno de los padres de la literatura contemporánea estadounidense. Como es de esperar, el artista fue dueño de varias máquinas de escribir a lo largo de sus años creativos. Entre ellas, destaca una Underwood Standard Portable de 1926. Esta pieza única, utilizada por el ganador del Pulitzer y el Nobel, se encuentra actualmente en subasta. 

En la imagen superior, un joven Ernest Hemingway tecleando en una máquina de escribir similar a la Underwood Standard Portable, sobre estas líneas, que ahora se encuentra en subasta.

Con una oferta actual de 20.000 dólares, la fecha de cierre es el 15 de diciembre. Esta máquina de escribir, probablemente adquirida a finales de los años 30 y utilizada durante las últimas décadas de la vida de Hemingway, se encuentra en óptimo estado de conservación. Posteriormente fue adquirida a través de una venta privada en Christie’s en 2011.

La máquina lleva las huellas del genio literario en sus letras de la platina. Además, cuenta con una etiqueta de papel en la parte inferior que indica “Ernest Hemingway / Key West, Fla.”, escrita en una caligrafía desconocida. Acompañando a esta reliquia literaria, se incluyen seis sobres originales y fragmentos de sobres, cinco de los cuales estaban dirigidos a Hemingway. 

Asimismo, se descubrieron cuatro negativos fotográficos escondidos en la caja, datados en su infancia y capturando momentos en la cabaña de la familia Hemingway junto al lago Walloon en Míchigan. Cuatro de los sobres muestran matasellos de 1934-1938.

En la imagen, uno de los negativos pertenecientes a la infancia del escritor incluidos en el lote.

El lote también presenta un pequeño manual titulado Instructions for Using the Underwood Noiseless Portable Copyright 1932-1938, editado en Nueva York por Underwood Elliot Fisher Co. en 1938. La envoltura delantera lleva la inscripción “Return to Ernest Hemingway” (“Devolver a Ernest Hemingway”) en letras de molde de tinta.

Un escritor un tanto particular

En la era de Hemingway, las máquinas de escribir se habían vuelto más manejables y eran herramientas comunes entre los escritores. El autor, del que se sabe que desgastó varias máquinas a lo largo de su carrera, incluyendo una Corona N.º 3, una N.º 4 y varias Royal portátiles, prefería escribir de pie con la máquina colocada a la altura del pecho sobre una mesa.

A pesar de ser una figura misteriosa y reservada, Hemingway compartió algunos detalles sobre su proceso creativo con determinados periodistas. Por una entrevista realizada en el año 1954, sabemos que escribía en su habitación siempre que fuera posible. Hemingway renegaba de los despachos y todos aquellos espacios dedicados explícitamente a la escritura. 

La máquina de escribir era uno de los elementos imprescindibles en la habitación del escritor. A pesar de ello, el padre de Fiesta (1926) escribía siempre sus historias a lápiz y le confería a la máquina un papel reservado. Solo escribía con ella las partes que tenía muy claras: los diálogos y los pasajes más sencillos.

Parte trasera de la máquina de escribir que se subasta. La oferta actual es de 20.000 dólares.

La metodología y la estricta rutina de Hemingway lo convierten en uno de los escritores más enigmáticos del siglo XX. Su percepción de la escritura como un acto privado, que demanda concentración y soledad, se refleja en su famosa cita: “All you do is sit down at a typewriter and bleed” (“Todo lo que haces es sentarte frente a la máquina de escribir y sangrar”). La soledad en su hogar se atenuaba únicamente con la compañía de su máquina de escribir y los numerosos libros que poblaban siempre su escritorio.

Ahora, esta subasta brinda la oportunidad de adquirir una de las máquinas que acompañaron a Hemingway durante los últimos años de su vida. Así, podrá sumergirse en la intimidad de su proceso creativo y llevarse consigo un pedazo de la historia literaria estadounidense.