Real Casa de la Moneda de Sevilla, de nuevo en el punto de mira

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Real Casa de la Moneda de Sevilla, de nuevo en el punto de mira

Estos apartamentos en la capital andaluza reúnen tradición, historia y elegancia.

Sevilla es una fuente inagotable de cultura. Por sus calles se aprecian las indelebles huellas que ha dejado una historia milenaria, la presencia de todas las civilizaciones que por allí han pasado. Algunos de sus monumentos más emblemáticos lo reflejan, como la Torre del Oro, la Giralda, el Real Alcázar, el Ayuntamiento de Sevilla de estilo plateresco y los innumerables edificios que hacen de la ciudad prácticamente un museo. La evolución económica, social y cultural del país, junto a la importante presencia andaluza en el desarrollo de la historia colonial, ya que Sevilla fue el lugar desde donde se controlaba la salida de los barcos hacia el Nuevo Mundo, ha hecho que la perla del Guadalquivir, hoy en día, sea uno de los enclaves más importantes de España.

Su estilo de vida, su río, su gastronomía propia y sobre todo, su gente, despiertan emociones en el visitante, que suele buscar el mejor lugar para hospedarse durante su estancia. La histórica Casa de la Moneda, fundada en 1585, convertida recientemente en un complejo de apartamentos turísticos de lujo y locales comerciales de un especial interés, representa a la perfección el pasado de España y de Sevilla, que fue, durante mucho tiempo, el centro económico del Imperio español.

En la imagen superior, la fachada principal del edificio Real Casa de la Moneda en Sevilla, ciudad que después de la conquista de América se convirtió en un centro de comercio próspero y cuya riqueza se reflejó en la arquitectura y las artes. Sobre estas líneas, detalle de una de las habitaciones.

El edificio, lugar donde se acuñaban el oro y la plata extraídos de las Indias, estuvo durante décadas abandonado y recientemente ha sido rehabilitado de la mano del arquitecto Javier Bethencourt. Una de las premisas del arquitecto era respetar el pasado y la historia de este complejo. “Las obras de rehabilitación han tratado de ser lo más respetuosas posible con la estructura preexistente, intentando ponerla en valor con el objeto de obtener una mejor lectura del pasado del edificio”, explica. La reforma se ha realizado tomando como referencia los materiales originales o locales, de manera que mantiene viva la identidad y el arraigo de su origen ganando a la vez calidez, calidad y confort.

Algunos de los apartamentos tienen una alberca en la terraza, que aporta frescor y puede ser utilizada como pequeña piscina.

El interiorismo corrió a cargo de la diseñadora Mónica Benjumea, de Kwanza Interiors. “Tuvimos que rehacer todo, respetando la historia, construyendo espacios equilibrados y aptos para que fueran apartamentos turísticos de lujo –cuenta– Fue una construcción complicada porque había muchos elementos protegidos”. De esta manera, se han reproducido todos los elementos arquitectónicos originales, manteniendo intacto su valor cultural y antropológico. Además, los apartamentos están equipados con comodidades de la actualidad, fusionando el presente y el pasado para conseguir el mejor resultado.

Benjumea añade que “es un orgullo, como sevillana, respetar el valor de esta joya, algo que conlleva una gran responsabilidad”. Mantener la importancia de la historia ha sido el objetivo de la rehabilitación, además de crear un futuro prometedor para este edificio, que bien lo merece. Lo que solía ser un lugar de acuñación de monedas se ha transformado en privilegiados y lujosos alojamientos que brindarán a los viajeros la oportunidad de disfrutar de una ciudad que nunca duerme.

Una de las terrazas donde disfrutar del desayuno o la cena con unas vistas inmejorables al centro histórico hispalense.

Los apartamentos están distribuidos y organizados por Valcambre, empresa familiar que garantiza al turista un servicio de máxima calidad y en una ubicación ideal. La Casa de la Moneda, en pleno corazón hispalense, es insuperable: a unos metros del Real Alcázar de Sevilla, patrimonio de la humanidad, los Jardines de Cristina, el canal de Alfonso XIII y el Puente de San Telmo, la Casa de la Ciencia o la Torre de la Plata. Precios, desde 200 euros.

Habitación con balcón y ladrillo visto. Los materiales y los elementos decorativos se deben a la colaboración con artesanos locales, que conocen y emplean las técnicas tradicionales de la zona.