Lorenzo Cooklin, mecenazgo del siglo XXI

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Lorenzo Cooklin, mecenazgo del siglo XXI

Desde su responsabilidad de la dirección de Fundación Mutua Madrileña, hace balance del 20 aniversario de la institución, celebrado en 2023, y nos resume la labor que realiza al frente de la entidad bajo el lema "ayudar a los que ayudan".

Lorenzo Cooklin (Madrid, 1963) es director general de Fundación Mutua Madrileña y subdirector general de Comunicación, Relaciones Institucionales, Sostenibilidad y RSC en Grupo Mutua Madrileña. Una entidad constituida en 2003 con el objetivo inicial de dedicar parte de los beneficios de Mutua Madrileña a promover la investigación médica en España. En estos primeros 20 años de vida ha ido ampliando sus ámbitos de actuación, que actualmente se centran en cuatro ejes: la investigación en salud, la acción social, la difusión cultural y la promoción de la seguridad vial.

Las cifras hablan por sí solas. La Fundación ha invertido desinteresadamente más de 68 millones de euros en investigación médica y ha beneficiado directamente con alguno de sus proyectos sociales a más de 350.000 personas. Como cifra global, ha impactado positivamente en más de 2,3 millones de personas: colectivos en riesgo de exclusión atendidos por alguna de las ONG con las que colabora; médicos que han podido probar sus hipótesis y han avanzado en el conocimiento y tratamiento de enfermedades; mutualistas que han disfrutado de conciertos o de la entrada gratuita a los principales museos, o jóvenes que han recibido formación en sus aulas sobre seguridad vial para evitar accidentes.
 
Pregunta. Estudiando el timeline de sus hitos a lo largo de estos 20 años, se comprueba que la Fundación no ha dejado de crecer y ampliar sus ámbitos de actuación. ¿Cuáles son las líneas que se pueden considerar como el corazón de Fundación Mutua Madrileña?

Respuesta. El apoyo a colectivos vulnerables, como las mujeres y los niños víctimas de cualquier tipo de violencia, podríamos decir que son, junto con las ayudas a la investigación médica en España, las líneas de actuación que consideramos más relevantes y que más y mejor nos identifican, entre todas las que desarrollamos.

P. Haciendo balance de estos primeros 20 años de acción social, ¿qué presupuesto global han invertido y cuál es su grado de satisfacción en vista de sus resultados?

R. Hemos invertido más de 90 millones de euros en nuestra área de salud, no solo en las ayudas a la investigación médica en España, sino al apoyo y colaboración con entidades científicas y a la financiación de terapias rehabilitadoras de personas con enfermedades raras y trastornos del espectro del autismo. También hemos destinado más de 30 millones de euros a iniciativas de acción social en apoyo a colectivos desfavorecidos por razones económicas, sociales o de salud tanto dentro como fuera de España, por citar dos de nuestras áreas con mayor impacto en la sociedad. Si todo nuestro esfuerzo y trabajo ha servido al menos para que un avance médico cure a una persona, para que un joven haya evitado un accidente, para que un joven en riesgo de exclusión haya conseguido volver al mercado laboral o para que una mujer haya salido de una situación de violencia de género, lo damos por bien invertido.
 

En la imagen superior, Lorenzo Cooklin, director general de Fundación Mutua Madrileña. Sobre estas líneas, uno de los proyectos patrocinados por la Fundación, en este caso el liderado por el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada, a cargo de los profesores de la Universidad de Granada Juan Antonio Marchal y Elena López.

P. La Fundación Mutua Madrileña hoy es un referente por su acción social, ¿cómo fueron sus inicios?

R. Nació en 2003 para apoyar la investigación médica que se hacía en nuestro país. Se pensó entonces que ayudar a combatir las enfermedades era una buena forma de aumentar el compromiso social de Mutua y, efectivamente, la filantropía en este campo era escasa en España. En 2009 nuestra fundación amplió sus áreas de actuación a la acción social en apoyo a colectivos desfavorecidos, la difusión cultural y la seguridad vial, pero mantuvimos firme este apoyo a la investigación médica hasta la actualidad, incluso en las épocas de crisis económicas, conscientes de que, para avanzar, el apoyo a la ciencia tiene que ser constante.

P. 2009 fue un año de inflexión y crecimiento para la Fundación, ¿qué factores o personas/equipos impulsaron esta decidida apuesta de futuro?
 
R. La llegada en 2009 de Ignacio Garralda a la presidencia del Grupo Mutua Madrileña y de la Fundación Mutua fue lo que dio este impulso. Nuestro presidente es una persona con una gran sensibilidad hacia los problemas y fue él quien decidió poner en marcha, por ejemplo, nuestra convocatoria anual de Ayudas a Proyectos Sociales y a la lucha contra la violencia de género y el acoso escolar.

P. En cuanto a la investigación en salud, 68 millones de euros destinados en estos 20 años al apoyo de la investigación médica en España es una aportación más que generosa, ¿de qué proyectos o logros concretos pueden sentirse más orgullosos?

R. Nos sentimos orgullosos de todos, incluso de los que no condujeron a la mejora de los tratamientos médicos, porque sirvieron para avanzar en el conocimiento de enfermedades y plantearse nuevas líneas de trabajo. Pero, por citarle uno reciente, la Fundación Mutua Madrileña financió íntegramente la investigación médica que hizo posible el primer trasplante de intestino del mundo tras donación en asistolia en 2022. El trasplante se realizó en el Hospital Universitario La Paz, de Madrid, a una niña de 13 meses que salvó su vida gracias a este hito mundial llevado a cabo por el equipo del doctor Francisco Hernández Oliveros.

P. ¿Es la investigación sobre las enfermedades que afectan a niños y jóvenes el principal objetivo de su apoyo económico?

R. Solo en el caso de las enfermedades raras nos limitamos en nuestras bases a las que se manifiestan clínicamente en la infancia. Este año, dentro de nuestra nueva categoría de investigación en salud mental, la hemos centrado en la infanto-juvenil, porque es un tema que nos preocupa especialmente a raíz de los estudios sociológicos que hemos hecho. El resto de las especialidades en las que, tradicionalmente financiamos estudios, como son los trasplantes, la traumatología y la oncología no están acotadas a ninguna franja de edad.

P. El apoyo a las terapias de rehabilitación de enfermos con las llamadas “enfermedades raras” es otra de las líneas fundamentales de sus acciones en el campo de la salud, ¿cómo se desarrolla su colaboración con la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER)?

R. Nuestro Programa IMPULSO, que llevamos a cabo con la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER), nació hace cuatro años para completar el compromiso que tenemos con las personas afectadas por enfermedades raras y sus familias que, hasta entonces, se restringía a la financiación de investigación médica, tan necesaria en estos casos. Pero mientras la investigación avanza, en el día a día, las terapias rehabilitadoras –como la fisioterapia, logopedia, etcétera– son el único tratamiento que mejora la calidad de vida y la autonomía de estos pacientes. Estas terapias tienen un alto precio para las familias y, para ayudarlas, creamos el Programa IMPULSO, que financia terapias rehabilitadoras y productos de ortopedia a través de las asociaciones de pacientes que forman parte del movimiento asociativo de FEDER.
 

En la imagen, uno de los talleres de ayuda social dirigido a hijos de mujeres víctimas de violencia de género.

P. Hoy día el autismo es una enfermedad sobre la que la sociedad está cada vez más concienciada, pero imagino que hace unos años esta fue una gran apuesta de la Fundación, al igual que, recientemente, lo es la salud mental en general.
 
R. El autismo, como las enfermedades raras, son patologías sin cura con un alto coste económico y emocional para las familias que intentamos aliviar, en la medida de nuestras posibilidades, con programas como Programa MEJORA que llevamos a cabo con la Federación Autismo Madrid para financiar terapias rehabilitadoras. Por su parte, con la salud mental existía la percepción de que esta, sobre todo a raíz de la pandemia y en los grupos de edad más jóvenes, se estaba deteriorando. Para constatarlo elaboramos, junto a la Confederación Salud Mental España, el primer informe La situación de la salud mental en España, un amplio y exhaustivo trabajo que nos ha permitido constatar el problema y que servirá para tomar las decisiones que nos ayuden a resolverlo. La Fundación Mutua, de momento, ha abierto una nueva línea de financiación de investigación médica en este terreno.

P. A día de hoy destinan un millón de euros anuales al apoyo a ONG que se dirigen a colectivos desfavorecidos, ¿con cuáles colaboran en mayor medida y hacia qué colectivos concretos dirigen sus acciones más importantes?

R. Como ocurre con la investigación médica, con las entidades sin ánimo de lucro organizamos nuestra ayuda en torno a una convocatoria anual, la Convocatoria Anual de Ayudas a Proyectos Sociales, dotada de un millón de euros y que va por su duodécima edición. A ella pueden presentarse todas las entidades que tengan un proyecto de ayuda en las áreas en las que nos centramos y que son las siguientes: discapacidad, víctimas de violencia de género o trata, la infancia con problemas de salud o riesgo de exclusión, integración laboral de jóvenes en riesgo de exclusión, cooperación al desarrollo y, desde 2023, apoyo a mayores y personas sin hogar.

P. Violencia de género, acoso escolar…, ¿sienten desde la fundación que la violencia social está lo suficientemente dotada y atendida en España, tanto a nivel de educación para su prevención, como en el apoyo efectivo a las víctimas?

R. Siempre se puede hacer algo más para lograr el objetivo de intentar erradicar este tipo de violencia que se ejerce sobre los sectores más débiles de la sociedad, como son las mujeres y los niños. Nosotros intentamos aportar nuestro granito de arena y lo hacemos de forma integral, ayudando a las víctimas y sus hijos y, al mismo tiempo, trabajando en la prevención con jóvenes y adolescentes, siempre en colaboración con entidades sin ánimo de lucro o de las propias administraciones. Puede que sorprenda que una empresa privada se implique de forma directa y visible en ello, pero nosotros creemos que las empresas tienen que contribuir a solucionar cualquier problema de la sociedad.

P. La acción cultural de la Fundación ¿se dirige fundamentalmente a apoyar iniciativas privadas, colaboran con las instituciones?

R. La línea de actuación de difusión de la cultura de la Fundación Mutua Madrileña combina nuestro deseo de facilitar el acceso a esta a sus asegurados y familiares, con el apoyo a instituciones como los museos Reina Sofía, Sorolla, Arqueológico Nacional, MACBA o Thyssen, así como distintas entidades en el ámbito de la música, con el fin de que puedan mantener y ampliar su actividad.

Sesión perteneciente al ciclo de conciertos académicos de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, de Madrid, un programa de la Fundación Albéniz. La Fundación Mutua Madrileña ejerce como mecenas promoviendo una de las agrupaciones de cámara de la escuela.

P. En los ciclos de conciertos propios de la Fundación, la música clásica, y especialmente las iniciativas de músicos jóvenes, tienen una clara preferencia, ¿contemplan otros tipos de músicas en su ámbito de actuación?

R. Contemplamos todo tipo de arte escénico en nuestros ciclos de conciertos, incluido el flamenco, el jazz, el teatro musical familiar o el góspel, por citar algunos de distinta índole. Pero es cierto que también prestamos una especial atención a la formación de los jóvenes talentos musicales con nuestros diferentes programas de becas y ayudas.

P. En el campo de la acción educativa. ¿Qué razones les llevaron a elegir la seguridad vial como ámbito de educación y prevención?

R. Nuestra elección de la promoción de la seguridad vial, especialmente entre los más jóvenes, como una de las líneas de actuación de la fundación está claramente vinculada a nuestro carácter de fundación de una aseguradora con una fuerte presencia en el ramo de autos. Pensamos que hemos de contribuir a la seguridad vial de todos actuando sobre todo entre los jóvenes que, por su condición, pueden tener una menor percepción del riesgo que implican los comportamientos improcedentes al volante, para ellos y para los demás.

P. En cuanto al nuevo edificio de Fundación Mutua, cuya inauguración está prevista para 2025, además de ser su nueva sede, ¿albergará y ampliará las actividades sociales y culturales de la Fundación?

R. El centro contará con diversas salas y zonas de exposiciones, aulas de encuentro y formación, así como un auditorio. Este espacio nos permitirá ampliar la organización de actividades culturales propias, incrementar las acciones formativas que ya venimos desarrollando para colectivos vulnerables por razones económicas, sociales o de salud, y desarrollar nuevas actividades educativas dirigidas al público infantil, juvenil y adulto. Además, nos permitirá dotar a Madrid de un nuevo eje de atracción cultural y de encuentro en la zona de Bailén-Palacio Real, reforzando el atractivo de Madrid como polo de interés cultural.

Fachada del edificio en la madrileña plaza de España esquina con Bailén, que albergará la nueva sede de la Fundación Mutua Madrileña.

P. Por último, y tras superar con un balance tan positivo los primeros 20 años, ¿qué objetivos se plantean de cara a los próximos 20?

R. Hay mucho trabajo por hacer en todos los ámbitos y para lograr resultados hay que ser muy persistente. Seguiremos comprometidos con la mejora social y con el desarrollo de nuestras líneas de actuación tradicionales. No obstante, siempre estamos dispuestos a iniciar nuevas líneas de trabajo que nos permitan llegar allí donde detectemos necesidades no cubiertas a las que poder contribuir.