Náutica

Atlantique 65: el yate con diseño de velero y coche deportivo

El más grande de los modelos del astillero Columbus propone una piscina infinita y una cubierta de popa que preserva la privacidad.

Cuando llega el otoño, los grandes yates emigran del Mediterráneo al Caribe en busca de buenos vientos y sol. Pero antes se celebran las principales citas del sector en Venecia, Génova o Cannes, una pasarela donde los astilleros muestran las novedades de la próxima temporada, como hacen las grandes maison de moda. Este año Columbus Yachts, una de las marcas de Palumbo Superyats, se ha adelantado ligeramente a esas citas para presentar en solitario el nuevo yate buque insignia de la gama: Atlantique 65.

El primer 65 metros destaca por la estética y las innovaciones. La línea Atlantique cuenta ya con cuatro versiones con 37, 43, 47 y 55 metros, de los que actualmente se están construyendo dos yates de 43 y uno de 47. Giuseppe Palumbo, fundador y CEO de Palumbo Superyachts y tercera generación en la construcción naval, explica que “este nuevo 65 metros es la evolución natural de una gama que nos está dando muchas satisfacciones”. Destaca que “el diseño exterior es aún más detallado y sinuoso con una estructura de los puentes tan magistralmente equilibrada y ligera que da la impresión de que están suspendidos”. 

En la imagen superior, vista cenital del Atlantique 65. Sobre estas líneas, uno de los laterales, en una imagen que muestra tres cubiertas, dos piscinas y un jacuzzi.

La serie Columbus Atlantiquecombina el diseño de los veleros clásicos, sobre todo en la afilada proa y el estilo redondeado de la popa, con los coches deportivos de los años 50 del siglo XX, que se muestra en las sinuosas líneas laterales. Enrico Lumini, del estudio de diseño de Milán Hot Lab, responsable del proyecto, señala que “la idea de base era crear un volumen caracterizado por una gran linealidad y coherencia estilística, sin redundancias ni excesos. De esa idea básica nació un yate con apariencia innovadora y sorprendente”. 

Las innovaciones no terminan en las líneas exteriores, se prolongan en la organización de las cubiertas y, sobre todo, en la piscina que está suspendida en una media cubierta a la que se puede acceder desde la principal de popa. Esta original ubicación crea una especie de infinity pool con vistas al mar, como una terraza, porque su pared es de cristal. Esta organización permite una mayor privacidad a la cubierta principal de popa que, cuando los yates están amarrados en puertos muy transitados, se complica su uso. 

El yate permite alojar hasta a 12 personas en cuatro camarotes de lujo.

En proa se percibe claramente la combinación entre distribución y diseño exterior. Para mantener una altura total baja se crearon tres cubiertas y se ubicó el puente de mando en la parte superior, lo que obligó a llevar el camarote principal, el del armador o propietario, a la cubierta principal, pero sin la clásica vista frontal de proa. Para compensarlo se hizo una suite en formato de semidúplex, con un primer espacio dedicado a despacho, vestidor y habitación principal y el segundo elevado se ubicó el baño y un salón. De esta forma el camarote tiene una altura al techo de más de tres metros, lucernarios infinitos e incluso acceso privado al jacuzzi de proa. 

Vista frotal del Atlantique, con acceso privado al jacuzzi.

El yate permite alojar hasta 12 personas repartidas en cuatro camarotes de lujo bajo la cubierta, otro en la superior y el principal. Para la tripulación, 16 marineros además del capital, hay otros 10 camarotes. 

Está propulsado por dos motores MTU 12V4000M63 con una potencia de 1.500 kW (unos 2.039 caballos) cada uno que le permiten navegar a una velocidad máxima de 17,5 nudos. La velocidad media de crucero es de 14 nudos, mientras que si navega a 11 nudos consigue una autonomía de hasta 5.500 millas. El astillero ya admite pedidos y el precio de este superyate, al margen de la decoración, se estima en unos 100 millones de euros. 

La Pool Terrace, con una piscina infinita suspendida en una media cubierta accesible desde la principal de popa.

Palumbo Superyachts nació en 2008 con la marca Columbus Yachts, pero tuvo que esperar hasta 2011 para hacerse un nombre en el segmento de los grandes yates con el lanzamiento de su primer 54 metros, bautizado simbólicamente como ‘Prima’ (el primero).

Actualmente, la empresa cuenta con dos astilleros en el Mediterráneo, en Ancona y Savona (Italia) que construyen bajo las marcas ISA Yachts, Columbus Yachts, Mondomarine y Extra Yachts. La ventaja de esta empresa es que, además de la construcción, ofrece servicios de restauración y mantenimiento.  

Dos de las cubiertas del yate.
Zona con mesas y asientos para comer y tomar algo cómodamente.
Espacio con barras, sillones y sillas altas de bar para los momentos de ocio.
Zona de aseo.
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