Lo de juntarse unos colegas y arramblar el garaje de papá en una casa con jardín que tanto abunda en las afueras de San Francisco está muy visto. La leyenda de tantas empresas, ahora mastodónticas, que reinan en Silicon Valley está repleta de ellas. Lo de Daniel Marburger no tiene esa épica, pero sí mucho de visionario. Nació en diciembre de 1988 en Fráncfort, “en el año del dragón”, apunta él. En esa ciudad de Alemania central surcada por el ancho río Meno pasó su infancia con sus padres y sus abuelos maternos. “Recuerdo que mi abuela cocinaba todos los días y mi abuelo me leía un cuento después del almuerzo. Cuando era joven nunca tuve una idea de en qué me convertiría, pero al hacer un curso de comercio electrónico supe que esto era el futuro”.
A día de hoy, Marburger es el CEO de Coininvest, e-commerce que compra y vende metales preciosos que pertenece, desde 2018, a StoneX, una compañía Fortune 100 norteamericana que cotiza en Nasdaq y mueve millones de euros con forma de lingotes, monedas y objetos con motivos tan originales como la oscura cara de Darth Vader, un elefante, la Filarmónica de Viena, un balón de rugby o una pintura de Gustav Klimt en oro, plata, platino o paladio.
Si le apetece invertir en metales preciosos por primera vez, Coininvest reúne el propio valor del material y cierta diversión visual. Para Daniel Marburger “la recomendación más importante es empezar. Si el presupuesto es ajustado, opte por la plata. Es posible que pueda venderla en algún momento y comprar oro en su lugar. Pero si no empieza, nunca aprenderá a invertir”.
Para sacar brillo y afinar estos consejos con autoridad, estudió banca en el Commerzbanck de Fráncfort, una de las entidades bursátiles más grandes del mundo: “La comprensión de los instrumentos financieros, la contabilidad y otros aspectos de ese mundo fueron para mí una gran base para llegar al entorno laboral con las armas necesarias”, explica.
Pregunta. ¿Algún precedente familiar en este ecosistema de la compra-venta en el universo financiero?
Respuesta. Mi padre trabaja en la industria bancaria desde hace décadas y está a punto de jubilarse.
P. ¿Cómo transcurrió su viaje hasta recalar en Coininvest?
R. Mudarme a Londres en el 2011 fue un gran paso. Una pequeña oficina con wifi, un ordenador portátil y un teléfono Blackberry. Es todo lo que tenía al principio. Me movía entre hojas de Excel, vendiendo y comprando a los clientes mientras íbamos construyendo una infraestructura con más empaque. Si bien Londres puede suponer una gran distracción en términos de vida nocturna, restaurantes y visitas turísticas, no había muchas cosas relevantes para mí en esta etapa. Se trataba de hacer contactos en la industria. En 2013, Coininvest fue galardonado como miembro asociado de la LBMA, la London Bullion Market Association, que solo alberga a líderes de la industria en su exclusivo círculo de miembros. Fue un gran paso.
P. Se ha adelantado un poco, ¿cómo fueron esos comienzos?
R. La base de Coininvest ya existía, la formaban dos personas y era una empresa que comercializaba barras grandes de oro de 400 onzas, a menudo llamadas “barras estándar”, con instituciones y compañías como Deutsche Bank, Natixis, Mitsubishi y otros participantes del mercado y en operaciones de especulación… Pero la especulación no era realmente un negocio sostenible, sin embargo la venta de metales preciosos en línea sí. Vender una barra o una moneda de oro con solo pinchar un botón es un gran modelo de negocio. Antes de unirme a la empresa había una mujer que trabajaba para la firma, Sonia. Hizo un gran trabajo al proporcionarme todos los datos necesarios en las hojas de Excel, desde clientes hasta proveedores y primas. Además organizaba ferias comerciales en las que presentábamos nuestros productos y ya existía un sitio web. El único eslabón que faltaba era conseguir desarrolladores informáticos que pudieran transformar las ideas en algo vivo, dinámico. Eso hicimos…, y hasta hoy.
P. ¿Qué le atrae de las finanzas?
R. Que todos tenemos que lidiar con ellas, a pequeña o gran escala, todos los días. Tanto si es mediante una transferencia bancaria o el comercio de futuros en el mercado de productos básicos, nadie puede escapar.
P. A menudo habla de sus habilidades para la negociación. ¿Cuáles son?
R. Me encanta negociar. Si soy bueno o no que otros lo digan. Lo mismo ocurre con las finanzas, toda la vida se trata de negociaciones, ya sea si estás comprando una casa, un automóvil o simplemente algo en eBay. Es muy útil tener algún conocimiento sobre negociación. Lo más importante: no muestres tu mejor mano desde el principio.
P. Actualmente es el CEO de Coininvest. ¿De cuántas personas es responsable? Eran apenas tres cuando comenzaron.
R. Hoy hay casi 100 personas involucradas en el proyecto Coininvest por todo el mundo. Nuestro objetivo es ser líderes mundiales en el espacio de los metales preciosos. Queremos ser un punto de contacto esencial para cada individuo que quiera involucrarse en este campo. Lo único que no hacemos nosotros mismos es el transporte, pero si se trata de comprar, vender, financiar o almacenar, todo esto sí lo llevamos a cabo.
P. ¿Qué cualidades debe tener un buen directivo?
R. Lo más importante es amar el trabajo que haces y creo que esa es mi mayor fortaleza. Me despierto y me acuesto todas las mañanas con Coininvest. De alguna manera conecto constantemente con la empresa: cómo podemos hacer crecer el negocio, mejorarlo para nuestros clientes, cómo es la experiencia del usuario en mi vida diaria y cómo se puede adaptar a nuestro modelo de negocio.
P. ¿Cuál fue su primer contacto con los metales preciosos?
R. En Commerzbank. Todos los días tenía que tener a punto una hoja DIN A4 con los precios diarios de lingotes y monedas de oro, algo que por entonces estaba pasado de moda, por eso había que cambiar, modernizarse.
P. Antes de Coininvest escuchaba las palabras ‘metal precioso’ y, ¿qué le venía a la cabeza?
R. Barras grandes de 400 onzas en la bóveda de un banco. Me imaginaba películas en las que se metían ahí y robaban cientos de ellas. Pero, como dato curioso, una pesa alrededor de 12,5 kilos… Es imposible llevarse más de cinco, diría yo.
P. Tiene en sus manos un lingote de oro, una pieza de platino, plata o paladio. ¿Qué siente?
R. Sostener una moneda o una barra proporciona una mejor comprensión de la densidad del producto. Cómo algo tan pequeño puede ser tan pesado. Personalmente me gustan las de plata de dos onzas y las barras de un kilo. Para el oro me gusta el formato de 250 g y también los lingotes de diez onzas. Sientes que tienes en tus manos algo grueso, contundente, valioso.
P. Un negocio tradicional como el de los metales preciosos combinado con lo digital…
R. De momento no hemos hecho nada más que un e-commerce corriente. Toda la tecnología que usamos es invisible para el cliente, pero debo decir que hay muchos avances involucrados. Ahora estamos trabajando en un proyecto, aún por anunciar, que vincula esos productos a la nueva era digital.
P. En resumen, ¿qué hace en Coininvest?
R. Escuchar y responder preguntas, así paso la mayor parte del tiempo.
P. ¿Su metal precioso favorito?
R. Desde siempre es el oro, nuestros clientes también lo aman más que a cualquier otro, pero también tengo algo especial con la plata.
P. ¿Por qué y para qué compra la gente estos metales preciosos convertidos en monedas, lingotes, etcétera?
R. En muchos casos se debe al hecho de que uno quiere comprar con seguridad, intercambiando dinero por algo duradero. Queremos que empiecen en ese mundo a una edad temprana. Comenzamos con solo dos idiomas en la web, inglés y alemán, y hemos incorporado el español, el francés, el italiano y el polaco para crecer dentro de Europa. Para nosotros el crecimiento territorial es clave. Agregar más idiomas a los mercados clave es un motor de nuestro éxito. Con una facturación de varios miles de millones, nuestra estrategia ha valido la pena.
P. ¿Invierte?
R. Por supuesto. Quizás incluso por la curiosidad que me generan algunos productos. Me he convertido en un poco coleccionista.
P. ¿Qué pronósticos augura para 2023?
R. Va a ser un año agitado. Inflación, recesión, tipos de interés altos… Hay tantos retos a los que nos tenemos que enfrentar…, y no solo dentro de Europa. Están Rusia y Ucrania, China y Taiwán o Estados Unidos. Va a ser un año repleto de desafíos y con mucha incertidumbre.
P. ¿Qué es lo que más le enorgullece de su rol en la compañía?
R. Que nuestro sistema nos permite trabajar desde cualquier parte del mundo, incluso desde los teléfonos móviles. Es algo que estaba en marcha antes de la pandemia, sin embargo nuestros trabajadores prefieren ir a la oficina.
P. Se pasará el día analizando las Bolsas…
R. En realidad, ni siquiera miro el precio de los metales preciosos, así que si alguien me pregunta, rápidamente verifico el coste en nuestro sitio web.
P. ¿Por qué convertir el oro, la plata, el platino o el paladio en un producto, digamos, un tanto friki?
R. Algunos diseños se dirigen a un grupo diferente de clientes. Los Simpson, Star Wars, Disney… todos están creados para atraer a un target que tal vez no tenía en su radar la idea de invertir. Intentamos que los metales preciosos también se disfruten, ofreciendo ediciones limitadas en colaboración con grandes marcas.
P. En Fráncfort se encuentra su cuartel general, ¿qué le ofrece esa ciudad? ¿Qué tal la comida?
R. Paro a menudo en el Reino Unido y su oferta gastronómica es más versátil. Me encantan la comida india y la asiática. Londres tiene mucho que ofrecer, mucho más que Fráncfort, donde vivo. Así que soy feliz cuando me dejo caer por allí.
P. Cuando no anda metido entre números, ¿cómo desconecta?
R. Lo que hago en mi tiempo libre es enfocarme en el deporte y marcarme objetivos. En estos momentos practico mucho ciclismo, ya que voy a participar en marzo en la Cape Epic, una carrera de mountain bike que tiene lugar todos los años en Sudáfrica.
P. De los metales que comercializa nos intriga el paladio.
R. Es muy valorado pero difícil de obtener porque el mayor proveedor es Rusia. Muchos de sus aficionados se están cambiando al platino que, quizás vaya a convertirse en el metal más valorado en el futuro.
Los productos de CoinInvest cuestan entre 27 euros y 57.000 en una gran variedad de objetos, lingotes y monedas de plata, oro, platino y paladio. Consulte la colección completa en su página web.