Existen pocos límites para la creatividad arquitectónica. Y aunque desafiar la gravedad podría parecer uno de ellos, el hotel Alpin Panorama Hubertus de Valdaora, Italia, ha demostrado recientemente que todo es posible con su nuevo spa invertido, que flota boca abajo a unos 15 metros de altura.
Bajo el nombre Heaven & Hell, este espacio de wellness recién inaugurado en la frontera con Austria permite a los clientes disfrutar de vistas ininterrumpidas de los Dolomitas mientras reciben una gran variedad de tratamientos. Markus Gasser, propietario del hotel –pertenece a su familia desde hace dos generaciones– define el proyecto como “una obra maestra arquitectónica que literalmente va a poner el bienestar patas arriba”.

Heaven & Hell es una construcción de acero de dos pisos. Se puede acceder a ella a través de una pasarela flotante desde la nueva sala de relajación y está rodeada por la belleza de las montañas de Vedrette di Ries y los Dolomitas.
Con techos a dos aguas, en la planta de arriba se encuentra ‘Heaven’ (‘cielo’), con dos bañeras de hidromasaje al aire libre y zonas de descanso iluminadas por el sol, dos duchas y un vestuario. En el nivel inferior está ‘Hell’ (‘infierno’), una zona nudista con dos saunas, otra bañera de hidromasaje, ducha y una cámara de chorros de agua fría.

Entre sus servicios ofrece una amplia variedad de masajes (desde 44 hasta 96 euros). También propone un tratamiento de resonancia para la espalda que elimina el estrés de la médula espinal. Al calentar profundamente los tejidos, se reactiva el sistema linfático y se relaja toda la espalda (50 minutos/185 euros).
Además, incluye peelings (de 41 a 102 euros), tratamientos para el rostro, las piernas y el cuerpo (desde 41 hasta 71 euros), anticelulíticos (79 euros) y servicios de manicura y pedicura.

Sobre el proyecto arquitectónico
Según Markus Gasser, “la idea de innovar y crear una propuesta arquitectónica de estas magnitudes consiste en desmarcarse y ser únicos en el sector turístico”. Con esa misión contrataron al estudio Network of Architects (NOA), con el que ya trabajaron años atrás para crear su Skypool, una piscina infinita que parece flotar entre el cielo y la tierra. “La relajación nunca ha sido tan infernalmente buena“, se jacta su propietario. “Quisimos crear un hotel único y lo hemos logrado”.
Gasser considera que, para Alpin Panorama Hubertus, lo convencional es extremadamente aburrido: “En 2016 realizamos locuras como nuestra exclusiva piscina. Y como queríamos ir aún más allá, acudimos al mismo estudio de arquitectura y le encargamos la creación de un paisaje de spa único, algo que el mundo no hubiese visto antes. Desde que el proyecto vio la luz, las reservas han aumentado considerablemente”, sentencia.

Lukas Rungger, arquitecto responsable del proyecto y fundador de NOA, reconoce que la inspiración le llegó a través del elemento del agua. Reflexionó sobre todas las posibilidades que ofrece, como pasearse, sentarse, nadar, flotar, bucear boca abajo…
Cada una de estas acciones variaba la posición del horizonte, “y de este juego nació la idea, en la que, dependiendo de dónde estés en el spa, la perspectiva cambia constantemente”, explica.

El acceso a todas las comodidades del hotel es exclusivo para sus huéspedes. “Y sólo para un mínimo de 7 noches”, matiza Gasser. Además, su programa de actividades cubre exactamente este periodo de tiempo. “Es la duración ideal de la estancia para descubrir el proyecto y toda su naturaleza de forma sostenible”, indica. Sin duda, el sitio perfecto para encontrar relajación tras un día de caminatas y recorridos por los diferentes lugares de la región.

En Alpin Panorama Hubertus apuestan por el turismo sostenible, y es por ello que todo el hotel se abastece al 100% con energía verde. “Obtenemos nuestra luz de la energía hidroeléctrica y el calor gracias al sistema de calefacción interno autosuficiente con madera local”, indica Gasser. Además, también utilizan las centrales hidroeléctricas públicas de la zona, y su intención es producir, en 2023, toda su energía directamente con plantas fotovoltaicas.

El edificio cuenta con 23 suites y habitaciones con todas las comodidades: WiFi, televisión de pantalla plana vía satélite, teléfono, caja fuerte, minibar, cuartos de baño con duchas o bañeras.
Su restaurante Stubn Hubertus se basa en una cocina internacional, a manos del chef Thomas Mayr, cuyas creaciones culinarias combinan la tradición del Tirol del Sur con la cocina mediterránea… y todo ello con los mejores productos de la región de los Alpes de Kitzbühel, frescos y cultivados en la zona, con lácteos de las granjas vecinas así como mermeladas caseras, fruta fresca o alimentos ecológicos. “Tenemos una buena amistad con los agricultores vecinos, que nos proporcionan huevos, carne e incluso madera recuperada en los bosques de alrededor del hotel para el sistema de calefacción de nuestros edificios”, concluye Markus Gasser.

El precio medio por persona para alojarse en él es de 1.820 euros por semana.