La idea de Tom Chudleigh, maestro artesano y director creativo de Free Spirit Spheres, es crear otro modelo de explotación forestal más sostenible. “Imaginamos un complejo turístico de categoría mundial que permita a la gente disfrutar de la naturaleza con un lujo relativo, mostrando al mismo tiempo la majestuosidad y el verdadero valor de la selva tropical de la costa occidental”. Es decir, utilizar un bosque para generar ingresos sin degradar en absoluto su calidad, y a la vez ofrecer a los clientes una experiencia de lujo en plena naturaleza.

Las habitaciones del hotel tienen forma de esfera y se encuentran suspendidas en el aire. Están diseñadas para integrarse armoniosamente en el entorno forestal sin alterarlo. La habitación se sostiene entre los árboles vivos gracias a su sistema de cables, y su elasticidad permite que la esfera y los árboles se muevan libremente. Esta sensación es la que atrae a la mayoría de huéspedes, que buscan desconectar y disfrutar de unos días ‘levitando’ en medio de los bosques canadienses.
Según Tom Chudleigh, “la red de cuerdas que une la esfera a los árboles es el reflejo de nuestra conexión con el ecosistema en el que vivimos”. Las esferas suspendidas reducen la huella humana casi a cero, utilizando la biomímesis para crear un hábitat humano que pueda vivir en el bosque. Además, la fuerte estructura de la esfera actúa como la cáscara de una nuez, resistiendo los posibles impactos de la naturaleza y transmitiendo al huésped una sensación de seguridad y tranquilidad.
Dentro de la esfera, las paredes y el techo se convierten en una sola pared curva continua. Los interiores se encuentran bien equipados, con una cama king size, asientos tipo banco, armarios de diseño y dos mesas que se pliegan para convertirlas en puestos de trabajo. Destaca su sistema de altavoces de alta calidad, así como la luz regulable.
Las esferas son piezas de arte hechas a mano que exigen aproximadamente 3 años de trabajo. Free Spirit Spheres ofrece tres tipos: Luna, Melody y Erin, de 365, 345 y 330 euros la noche, aproximadamente. Cada una tiene una apariencia y servicios diferentes, siendo Luna la más lujosa de las tres.
El ecoturismo de hoteles como Free Spirit Spheres se ha convertido en una gran solución para cuidar la naturaleza y el mundo que nos rodea, frente a la tala de bosques y la industria de la madera. “Nuestro objetivo a largo plazo es proteger los bosques antiguos. Las esferas son un medio para este fin. Un uso sostenible basado en el ecoturismo que nos permita competir económicamente con la industria maderera, si queremos preservar el bosque a largo plazo”, afirma Tom Cudleigh.
El hotel Free Spirit Spheres, situado en Qualicum Bay, en la isla de Vancouver, es el mejor destino posible para conectar con la naturaleza y con uno mismo, además de apoyar la preservación de los bosques que nos rodean. Es posible reservar a través de su web https://freespiritspheres.com/.







