Estaba previsto que 2022 fuera el año del Royal Oak. La célebre pieza de Audemars Piguet cumplía cincuenta años y la manufactura había preparado una larga lista de novedades con el fin de apuntalar su condición de gran icono relojero. Sin embargo, en la lucha por ser el reloj más codiciado, Vacheron Constantin ha sorprendido a todos los aficionados y presentado el que para muchos (yo entre ellos) es reloj más ‘cool’ del año, el Historiques 222.
Como ocurre con el mencionado Royal Oak, el 222 no es precisamente un recién llegado al mercado. Vacheron Constantin lo lanzó en 1977, cinco años después del famoso reloj de Audemars Piguet. Tuvo una más que aceptable recepción y estuvo en el catálogo de la manufactura ginebrina hasta 1985. Vacheron Constantin decide en ese momento cambiar su línea de trabajo y abandona momentáneamente la relojería deportiva. Diez años más tarde, lanza la nueva colección Overseas, la cual se mantiene hasta nuestros días como la gran imagen de Vacheron Constantin dentro de la relojería deportiva.

Del olvido al deseo
Esta desaparición tan repentina del mercado explica que hoy en día el Vacheron Constantin 222 no sea tan famoso como el Audemars Piguet Royal Oak o el Patek Philippe Nautilus. Una tremenda injusticia para un reloj que merecía haber tenido más atención por parte de los aficionados. Porque ningún modelo simboliza de manera más eficaz y bella ese espíritu de la relojería de los años setenta.
Salido del lápiz del carismático diseñador Jorg Hysek, el 222 era un reloj de aspecto sencillo y, a la vez, con una marcada personalidad. Incluía algunos aspectos estéticos, hoy muy valorados, como el brazalete integrado o el contraste de formas geométricas. Como sus grandes competidores, el 222 estaba construido con una caja monocasco que le permitía garantizar una hermeticidad hasta 120 metros. En el frontal llamaba la atención tanto su curioso bisel dentado como la original posición de la Cruz de Malta (logotipo de Vacheron Constantin) en un lado.

El 222, que debe su nombre al haber sido lanzado en el 222º aniversario del nacimiento de Vacheron Constantin, se presentó en caja de 37 milímetros, disponible en oro, acero o bicolor. Más tarde vendrían las versiones en 33 y 24 milímetros.
La decisión de Vacheron Constantin de abandonar este modelo y apostar por el Overseas a mediados de los noventa fue la razón definitiva para que el 222 acabara en el cajón de los grandes relojes olvidados de la historia. Y es muy probable que esta situación se hubiera mantenido de no ser por la fiebre que se ha desatado en los últimos años en torno a los grandes iconos setenteros, los mencionados Audemars Piguet Royal Oak y Patek Philippe Nautilus. En Vacheron Constantin pensaron que sería una buena ocasión para recuperar esta pieza olvidada. Han acertado de lleno.
La fidelidad como bandera
Vacheron Constantin dedica su colección Historiques a redescubrir de manera periódica algunas de sus grandes creaciones. En ella hemos tenido la ocasión de disfrutar del curioso American 1921, un reloj creado para los conductores, con la eje de lectura en disposición diagonal; o el Cornes de Vache, el perfecto representante de la edad de oro de los cronógrafos mecánicos. Todas las referencias Historiques se caracterizan por su fidelidad con el modelo original. Sus responsables únicamente incorporan cambios técnicos que aporten mejoras sustanciales.

El Historiques 222 apenas se diferencia a simple vista del modelo original de 1977, y esto es sin duda lo mejor que podemos decir del reloj. Por supuesto, conserva su diámetro de 37 milímetros. Hace unos años hubiera sido imposible hablar de un reloj masculino de estas dimensiones. Pero ahora, con la moda vintage y la vuelta de las cajas más pequeñas, esta medida tampoco nos parece tan descabellada.
Lo que más sorprende del 222 es lo moderno que se ve sobre la muñeca para ser un reloj que no ha cambiado su aspecto en 45 años. Puede que esta sensación se deba a la presencia del brazalete integrado, la tendencia estética que con más fuerza ha pegado en la relojería de los últimos años. Pero, más allá de este revival estético, el 222 es una obra maestra por la bellísima interpretación que Hysek hizo de los códigos tradicionales para aplicarlos al nuevo modo de entender la relojería que surgió a mediados de los años setenta. El 222 era tremendamente original, y esa originalidad se sigue apreciando hoy en día con un simple vistazo del reloj.

Pequeños cambios y lista de espera
Como decíamos antes, el Historiques 222 se diferencia en algunos aspectos del original, todos ellos técnicos. El más importante es el cambio de movimiento. El Calibre 2455 es un movimiento más moderno y con un rendimiento mejor que el original. Tiene una reserva de marcha de 40 horas, alimentada por una masa oscilante fabricada en oro, decorada con el logotipo histórico 222.
La caja deja de ser monobloque e incluye ahora una ventana de zafiro que permite ver la decoración del movimiento. Otros cambios citados por la firma son la inclusión de Super-LumiNova en las agujas e índices de la esfera, y el rediseño de la estructura interna del brazalete con el fin de mejorar su comodidad.
El Historiques 222 se presentó en la edición primaveral de Watches & Wonders en formato único con caja y brazalete de oro amarillo en tonalidad 3N. No es de producción limitada, aunque su venta se realiza en exclusiva en las boutiques de Vacheron Constantin. Su precio es de 72.000 euros. Bastante alto, aunque eso no ha impedido que haya una enorme lista de aficionados interesados en conseguir un ejemplar.