El modelo Cheich de Cartier acaba de ser subastado en Sotheby’s París por algo más de un millón de euros (1,1 millones de dólares). Es un reloj con una historia llena de triunfos y tragedias y que no se ha visto en público en casi 40 años.
Esta proeza mecánica fue concedida al legendario piloto Gaston Rahier (Chaineux, Bélgica, 1 de febrero de 1947– Creil, Francia, 8 de febrero de 2005) en el Rally Dakar de 1985 por ganar el Desafío Cartier, la carrera más exigente del mundo. La pieza, que volvió a ver la luz en la serie de ventas Luxury Edit, partió con un precio de salida entre los 200.000 y los 400.000 euros y fue vendida por la familia del piloto en un estado impecable.

Contexto histórico
En 1983, con motivo del 5º aniversario del París-Dakar, se creó el Desafío Cartier: un proyecto diseñado por Jacques Diltoer, el entonces Director Creativo de Cartier y Perrin bajo la supervisión de Alain Dominique Perrin, presidente de la marca, y Thierry Sabine, fundador de la carrera y piloto.
Para ser campeón, el aspirante debía ganar la carrera en la misma categoría automovilística durante dos años consecutivos, una hazaña considerada prácticamente imposible y recompensada con un reloj Cartier Cheich a medida. Gaston Rahier se hizo con el desafío en 1984 y en 1985, siendo el primer y último ganador del Desafío Cartier, y por tanto único destinatario de esta joya relojera.

Sólo se crearon cuatro modelos: los dos relojes Cartier Cheich originales de 1983, uno para un hombre (que fue adjudicado a Gaston Rahier) y otro para una posible ganadora (de menor tamaño y engastado con diamantes). En 1985 se diseñó un tercero, por si surgía un nuevo campeón. La cuarta pieza fue ofrecida a Thierry Sabine por Alain-Dominique Perrin, aunque se cree que este reloj fue regalado finalmente a Hubert Auriol, un famoso campeón de motos francés, aunque ahora la pieza está en paradero desconocido.
La muerte de Thierry Sabine en un accidente de helicóptero en Malí causado por una tormenta de arena provocó el final del Desafío Cartier y de la producción del Chartier Cheich. Aunque el rally siguió su curso ese año, nadie lo ganó y fue cancelado poco después.

Cartier Cheich, en detalle
El Cartier Cheich ha alcanzado un estatus casi mítico y por eso precisamente el mercado ha estado esperando ansiosamente su primera aparición en subasta. “Su presencia, ahora, ha sido un sueño para cualquier coleccionista de relojes”, explica Benoît Colson, especialista en relojería internacional de Sotheby’s.
Cuarenta años después de su creación, Colson se sorprende por lo audaz que sigue siendo su diseño. “No cabe duda de que este Cheich es uno de los relojes de pulsera Cartier más importantes de la historia”, añade. Mientras que los ganadores de un campeonato suelen recibir un reloj estándar con un grabado en el reverso, aquí se incorpora el logotipo del Rally París-Dakar en la esfera.

Su forma es muy diferente a cualquier otra, gracias a sus líneas triangulares curvadas que recuerdan a las dunas del desierto o a la cabeza de un tuareg con un “cheich” contra el sol. El modelo ha sido subastado en su caja original. Se trata de un estuche a medida en el legendario rojo Cartier con detalles en oro. En el interior, la tapa lleva la inscripción Trophée Paris Alger Dakar bajo la firma de Cartier.
Hoy en día, los otros dos relojes Cartier Cheich permanecen en la colección de Cartier. Aunque los tres comparten similitudes en la estética general, cada uno presenta detalles de diseño únicos. En concreto, la esfera del tercer reloj, creado tras la histórica victoria de Gaston Rahier, incorpora índices romanos y de bastón alargados y no tiene carril.