Un sillón de Andrés Reisinger, una pantalla para proyectar NFT’s –formato del que se confiesa enamorada– y una jaula con el conejito de sus hijas nos reciben en casa de Beatriz Ordovás. Un espacio en el que se respira arte y tranquilidad.
Ordovás estudió periodismo y desde el principio enfocó su carrera profesional hacia el mundo del arte. Su definición del mismo, cómo ve el futuro de las tendencias artísticas, quiénes son sus referentes de vida o el viaje que nunca olvidará, son detalles que sólo se pueden leer en la edición impresa de CLASSPAPER, cuyo Número 2 (Verano) está disponible en nuestra tienda digital y en kioscos y librerías seleccionados.