La localidad californiana de Monterrey se convierte todos los meses de agosto en el mercado de automóviles más sofisticado y caro del mundo en la Monterrey Car Week, que incluye entre sus actividades el famoso Pebble Beach Concours d’Elegance, la competición de estas características más importante de América. Este año, la cita se ha celebrado entre el 11 y el 20 de agosto y cinco subastas, en diferentes días, han puesto a la venta más 1.200 coches clásicos e históricos, entre los que siempre se cuelan también algunos modernos muy cotizados, como series limitadas o superdeportivos.
Los resultados de las ventas de este año arrojaron un volumen total de 400,1 millones de dólares, lo que supone un 15,4% menos que en 2022, aunque es la segunda cifra más alta de la historia de la Monterrey Car Week. El récord fue el número de coches que se pusieron a la venta, 1.200 unidades, de los que finalmente se adjudicaron el 68%, un porcentaje inferior a las previsiones y al 78% del pasado año. Estos datos confirman que este mercado está evolucionando y aunque desde hace unos meses muestra síntomas de enfriamiento en los vehículos de precios medios, sigue siendo fuerte en los segmentos más caros. Los analistas lo achacan a que la subida de tipos de interés está haciendo que algunos inversores vuelvan a la renta fija.

Sin embargo, los grandes coleccionistas y los expertos mantienen su deseo de piezas muy especiales o exclusivas, y Ferrari sigue consolidándose como la marca más codiciada y la mejor inversión en este especial mercado.
El récord de este año lo consiguió un Ferrari 412P Barchetta de 1967, un coche de carreras de esa época, que se vendió por 30,2 millones de dólares, en la subasta organizada por la división de automóviles de la histórica empresa especializada británica Bonhams, que se celebró el 18 de agosto en el Quail Lodge & Golf Club de Carmel, una pequeña localidad del condado de Monterrey.

Este Ferrari, con chasis 0854, motor V12 de 420 caballos y cambio manual de cinco velocidades tiene todos los ingredientes para ser un codiciado objeto de deseo los coleccionistas. Una historia conocida, incluidas carreras de su época (fue tercero en Spa y Le Mans en 1967), una sucesión de famosos coleccionistas de prestigio internacional en su lista de propietarios, autenticidad de los componentes e incluso de la carrocería y una restauración de alta calidad que exigió nueve años de trabajo que lo ha dejado perfecto desde el punto de vista estético y en condiciones de seguir circulando en carretera. De ahí el alto precio alcanzado. Su primer propietario fue el piloto británico David Piper (2 diciembre 1930) que participó en la película Le Mans de Steve McQueen. Bonhams también vendió otro Ferrari 212 Barchetta de 1951 por 3,9 millones, un Talbot-Lago T26 Grand Sport Cabriolet de 1949 por dos millones o un Mercedes Benz 300 S Roadster por 1,18 millones.
Gooding & Company, la empresa local creada en 2003 en Santa Mónica (California), que es la responsable de organizar la subasta oficial del Pebble Beach Concours d’Elegance, adjudicó 133 lotes por un importe total de 95 millones de dólares. De los automóviles vendidos, 24 superaron el millón de dólares, mientras el precio medio fue de 714.522 dólares.

El modelo más caro fue un Ferrari 250 GT SWB Berlinetta de 1962 que se vendió por 9,4 millones de dólares, por delante de un Mercer Type 35-J Raceabout de 1914 que llegó a los 4,7 millones, un Alfa Romeo 8C 2300 Cabriolet de 1933, por 4,5 y un Simplex 50 HP Toy-Tonneau de 1920 con un motor de 50 caballos que se adjudicó por cuatro millones y que había pertenecido a la misma familia durante 111 años. Tras él se situó con 3,5 millones, un Lamborghini Miura P400 SV de 1972.
David Gooding, presidente y fundador de Gooding & Company, destacó que “este año lo más característico en las subastas de Pebble Beach es que una serie de coches históricos salieron a la venta por primera vez en muchas décadas, o como en el caso del Simplex, por primera vez en más de un siglo”.
Además, los precios en algunos casos supusieron un precio récord para algunos modelos. Por ejemplo, en el caso del Lamborghini Miura P400 de 1968 que alcanzó los 2,2 millones o un Bugatti Type 49 Roadster de 1932 que llegó a 1,3 millones.

El experto RM Sotheby’s, con sede en Ontario (Canadá), demostró su gran conocimiento de este sector con unas ventas de 164 millones de dólares y una tasa de ventas del 86% sobre los coches que ofrecía, por encima de la media de la semana. Gord Duff, jefe de subastas de esta empresa, reveló que este año RM Sotheby’s ha logrado “el tercer mejor resultado en Monterrey con pujadores que procedían de más de 40 países y de los que el 20% participaban por primera vez”.
El vehículo que alcanzó un mayor precio fue un Jaguar XKSS de 1951, que llegó a los 13,2 millones de dólares. Se trata de uno de los modelos de carreras de Jaguar más buscados y esta unidad es una de las más originales y mejor conservados de los XKSS. En los años 60 del siglo XX era habitual verlo compitiendo en las pistas de California.

En el segundo puesto del podio se situó un Ferrari 410 Superamerica de 1959, con carrocería Pininfarina que llegó a los 6,6 millones y en tercero el Ferrari 275 GTB/4, carrocería Scaglietti de 1967 que perteneció a Steve McQueen y que era uno de los mayores atractivos de las subastas de Monterrey de este año. Finalmente se vendió por 5,3 millones, ligeramente por debajo del precio que se pensaba que podría haber alcanzado. RM Sotheby’s tuvo otro gran triunfo. El Best of Show del Concurso de Elegancia de este de este año, un Mercedes-Benz 540K Special Roadster de 1937, que forma parte de la colección de Jim Patterson, lo había vendido en 2022 esta empresa y en este mismo lugar por 9,9 millones. La división de restauración de la propia empresa ha trabajado sobre él durante 11 meses para hacerlo el más atractivo en California en el verano de 2023.
