La historia del automovilismo tiene una gran deuda con Giorgetto Giugiaro (Garessio, Italia, 7 de agosto de 1938). Este creador está detrás del VW Golf (1974), el Seat Ibiza (1993), el Fiat Panda (1980) o el Renault 21 (1986), pero también del Bugatti Veyron (2005), los Alfa Romeo Alfetta (1974) y 159 (2005), el Audi 80 (1978), el BMW M1 (1971), el Lamborghini Gallardo (2003), el Lancia Delta (1979) o el Maserati Quattroporte (1976)
Hoy Giugiaro es un octogenario incansable y dicharachero que recuerda anécdotas del pasado y opina sobre la evolución del diseño o cómo deberían de ser los coches eléctricos. Ya superada la edad de jubilación, en 2015 creó con su hijo Fabrizio (Turín, Italia, 1965) la sociedad GFG Style, una consultoría especializada en el diseño de automóviles y en arquitectura. La histórica empresa que Giorgetto había creado con Aldo Mantovani en 1968, Italdesign, fue adquirida por el grupo Volkswagen en 2010 y en 2015 los Giugiaro vendieron a Audi el 10% que aún mantenían en su antigua sociedad para crear este nuevo proyecto.
El último trabajo, por ahora, de este italiano universal ha sido un homenaje a sus burbujeantes diseños de los años 70: reconstruir uno de los tres prototipos que se perdieron, la versión coupé del Hyundai Pony, desaparecido hace 50 años. Pony fue el coche con el que Hyundai arrancó su globalización, se lanzó en 1976 y se mantuvo en el mercado hasta 1990.

Un prototipo futurista en los 80
La versión coupé fue un sofisticado ejercicio de diseño, de líneas afiladas y futuristas, que se expuso en el Salón del Automóvil de Turín de 1974 y que nunca se llegó a fabricar. El proyecto se canceló cuando estalló la crisis del petróleo de los años 80 del siglo XX y la posterior crisis económica. Posteriormente se perdió.
Giugiaro se refiere a esta circunstancia con una carcajada: “Me fastidia mucho que se pierdan los prototipos. Los vendí todos, pero luego los recompré…, salvo tres. Éste se perdió y no se sabe dónde está; el Marley se vendió a Nissan y luego también desapareció, y el Porsche Tapiro…, me fastidia haberlo perdido. Lo hubiera comprado si no costase mucho, pero era caro”, confiesa. Era propiedad del compositor argentino Waldo de los Ríos y se destrozó en un incendio, en España.
Volvamos al Pony. Hace 50 años, Ju-young Chung (Tongchon, 25 de noviembre de 1915 – Seoul, 21 de marzo de 2001), era presidente de Hyundai, una pequeña empresa automovilística surcoreana por aquel entonces. En los años 70 del pasado siglo se acercó a Turín, al estudio de Giorgetto Giugiaro, para encargarle el diseño de un coche que quería que fuese global. Así nació el Pony.
Medio siglo después, el nieto de aquel hombre le encargó a Giugiaro que reconstruyese el mítico Pony Coupé con la forma y los materiales del original. Esta vez el responsable del trabajo ha sido su hijo, Fabrizio, que tenía 9 años cuando su padre estableció esa unión entre Oriente y Occidente. El nuevo estudio de los Giugiaro, GFG Style, lo reconstruyó tomando como base los planos que conservaban. Cada pieza y cada tornillo se han rehecho tal y como eran en los años 70 y cuando arranca su motor, el olor del escape recuerda al del pasado.
Fabrizio nos confiesa que para hacer realidad este coche han tenido que trabajar “cinco meses, mientras que el de los años 70 se hizo sólo en tres y desde cero”. Han sido necesarias muchas reuniones, viajes y apoyos técnicos que han exigido más tiempo. “Entonces era todo más manual”, explica.
Hyundai Reunion en Lago Como
Para conmemorar esta recuperación de su pasado, los máximos responsables actuales de Hyundai y algunos protagonistas de aquel momento inicial se reunieron el pasado mes de mayo en Villa Pliniana, sobre el Lago de Como. En este fantástico lugar el Pony Coupé estuvo acompañado del N Vision 74, un prototipo aún no llevado a producción por la compañía, que resulta ser todo un laboratorio de alto rendimiento rodante con arquitectura híbrida eléctrica de pila de combustible de hidrógeno, y un diseño inspirado en el de su antepasado, el Pony Coupé Concept de 1974.
Su artífice ha sido Luc Donckerwolke (Lima, Perú, 18 de junio de 1965), presidente de diseño del grupo Hyundai, que en el pasado había trabajado con Giugiaro en el grupo Volkswagen (Donckerwolke fue responsable de diseño de Seat). Donckerwolke destacó que “hay que aprender del pasado para diseñar el presente”, desvelando que el nuevo N Vision 74 de Hyundai, aunque se parece al Pony Coupé, “no es un diseño retro sino futurista”.

Uno de los ingenieros coreanos que viajaron a Turín en los años 70 del siglo XX explicó que el concepto del Pony era tan global que tenía un diseño italiano, una plataforma japonesa y un proceso de industrialización inglés. El proyecto arrancó en tres años y la primera unidad se entregó en febrero de 1976. Cincuenta años después, Hyundai es el tercer grupo mundial de automoción, fabrica 102 modelos diferentes y está volcada en el desarrollo de nuevas tecnologías de combustibles alternativos, eléctricos e híbridos.
La belleza debe ser el corazón del diseño
Para el veterano Giorgetto Giugiaro hoy los automóviles están demasiado influenciados por criterios comerciales y se olvida la belleza. “Los productos son cada vez más grandes, más altos, más potentes, más llenos de cosas. La lógica ahora es hacer formas atrayentes, redimensionar lo que no es necesario por temas comerciales”, confiesa.
Su compañía trabaja hoy día para empresas chinas donde “el proceso es increíblemente democrático. Presentamos 10 proyectos…, y no nos dejan decidir. Preguntan a todos, desde la secretaria al financiero, gente sin idea de diseño. Votan 40 personas y el proyecto que más me gusta a mí no suele ser el elegido”, confiesa con buen humor.
Retirado ya casi por completo de la actividad laboral, Giorgetto Giugiaro se dedica a disfrutar de la vida, de sus amigos y de la familia, pero sigue siendo un curioso impaciente y está fascinado con los coches eléctricos. “Su diseño podría ser diferente”, explica, pero hay mucha presión para mantener las mismas líneas que un térmico, que no cambie mucho”. En los últimos meses ha hecho unos 6.000 km con un coche eléctrico y confiesa: “Amo los eléctricos, son veloces pero no hacen ruido, no molestan y a mi me gusta el silencio para no distraerme de mis pensamientos. Escucho la rodadura y me va bien”.
GFG Style trabaja en prototipos de vehículos eléctricos para la distribución y el reparto, y para ello “hemos diseñado ruido, no solo por seguridad para los peatones, también por sensibilidad porque cuando subes a un eléctrico, si no suena, no sabes que está encendido. Además te informa cuando estás acelerando, es una forma de hacer que la máquina te hable”.