Tras 14 años trabajando con los pilotos Carlos Sainz padre e hijo, decidió dedicarse a la recuperación de automóviles de la mítica firma de todoterrenos.
Con él viajamos hasta Cáceres a bordo de un Defender de 1997 en color dorado y un Santana Serie 2a de 1972, constatando que en una aventura como ésta lo importante es viajar de otra manera, con otro ritmo de vida. “Hay que olvidarse de las prestaciones de un coche de hoy en día. Aquí se valora más ir despacio, con tu perro –Kimbo, en la imagen–, y parar en un lugar bonito a tomar un descanso”, sentencia Ortiz-Echagüe.
Su trayectoria y la de sus socios, los valores de la empresa y los placeres de conducir a ritmo de coches con más de 25 años. Todos los secretos del mercado de clásicos restaurados, se pueden leer en la edición impresa de CLASSPAPER, cuyo Número 2 (Verano) está disponible en nuestra tienda digital y en kioscos y librerías seleccionados.