Verde Gabán, antigüedades con alma para convertir su casa en hogar

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Verde Gabán, antigüedades con alma para convertir su casa en hogar

Ubicada en un patio maravilloso del Rastro de Madrid, esta tienda es un moderno espacio urbano con aroma clásico en el que encontrar piezas para toda una vida.

Verde Gabán (Nuevas Galerías, Calle de la Ribera de Curtidores, 12) nació en 1995 como iniciativa para proporcionar una amplia mezcla de estilos a través de objetos, mobiliario, cerámica y arte desde el s. XVIII hasta la actualidad. Su esencia reside en encontrar piezas con alma, con historia, singulares, auténticas y únicas, ya sean antiguas o más modernas, para crear un entorno armónico y lleno de belleza.

Un proyecto que surgió junto a otro anticuario en Madrid, tras unos años en los que su fundadora, Sandra Pérez Marina (Madrid, 17 de septiembre de 1972), acudía a ferias sin un lugar físico en el que mostrar sus piezas. “Tras una Almoneda decidimos lanzarnos a montar Verde Gabán como un proyecto en el que podíamos aunar nuestras fuerzas y conocimiento en el sector”, explica la empresaria a CLASSPAPER. “Al principio estuvimos en la calle Zurbano (Madrid) durante tres años, pero el local no era apropiado porque no estaba a pie de calle. Así que decidimos mudarnos al Rastro a la Ribera de Curtidores, 19. Y tras continuar yo sola con la tienda, me cambié al local actual en las Nuevas Galerías en la Ribera de Curtidores, 12, donde llevo más de tres años. Es un patio maravilloso que recomiendo visitar“, indica.

Sandra Pérez Marina
En la imagen superior, fotografía de una estancia de la tienda Verde Gabán. Sobre estas líneas, la empresaria Sandra Pérez Marina, fundadora.

Desde que era una niña ha acudido a miles de exposiciones y a todas las ferias de antigüedades que encontraba con sus padres. “Imagínate, muchas veces rezongando muchísimo. Pero bien es cierto que el ojo se te hace, que escuchas las explicaciones de otros anticuarios. Y aunque no quieras o seas consciente, aprendes mucho. Comencé vendiendo muchos de los muebles que mis padres tenían en un almacén, algunos extraordinarios que ya no tenían cabida en nuestras casas. Empecé en un desembalaje en la Casa de Campo y de ahí a muchas ferias pequeñas que antes se organizaban por todo Madrid. Y no sólo vendía sino que compraba, pero al terminar la feria, todo se iba a un almacén. A veces las cosas siguen su curso y llegó un momento en el que ya no era viable llevar a un cliente a Valdemoro a ver las piezas”, sostiene.

En su opinión, el éxito del proyecto Verde Gabán reside en la mezcla de influencias y es consciente de que esta idea es la base de la nueva decoración. “Estoy en constante búsqueda de piezas. Se trata de la encontrar el equilibrio visual, independientemente de las épocas y los estilos. Sólo hay que saber combinar unos objetos con otros. Siempre trato de seleccionar aquello que me llama la atención, por diferente, por bello, por extravagante, por imperfecto, o simplemente porque me hace pensar que no puedo vivir sin ello”, confiesa Pérez Marina. “La pasión es lo que mueve este sector. Busco muebles especiales, con alma, con las que convertir una casa en un hogar. El alma de ‘chamarilero’ es insaciable en ese aspecto y la emoción al adquirir un nuevo mueble es siempre la misma. Pienso que los objetos especiales son los que te encuentran a ti y no al revés”, añade.

Foto tienda Verde Gabán con cómoda y grisallas azules
Sobre estas líneas destacan dos de sus piezas favoritas. En la pared, grisallas azules francesas del s.XIX (óleos sobre lienzo, 8.000 euros) y la cómoda, una pieza alemana del s.XVIII con su pátina original (4.500 euros).

Procura tener siempre obras de artistas no muy conocidos para los que cree que la tienda puede ser un buen escaparate, simplemente por la cantidad de público que transita el Rastro, además de muchos interioristas. Entre sus piezas preferidas ahora mismo cuenta con unas grisallas azules francesas del s.XIX “absolutamente divinas por el color y la temática. Las pondría en cualquier parte, desde en un comedor hasta de cabecero en una habitación”. “Otra de mis piezas favoritas es una cómoda alemana del s.XVIII con su pátina original (aunque bastante destrozada) que tiene una forma sinuosa por sus curvas y profundidad. Y en cierto modo me recuerda a una señora gordita pero simpática”.

El respeto por lo tradicional y artesanal le hace valorar y transmitir el cuidado y tiempos de realización de cada producto. Se confiesa fan de la cerámica, la artesanía de calidad y desde hace años vende piezas de una ceramista española, Eva Hernández, cuyo mundo fantástico y maravilloso de todo tipo de animales le fascina. “Es muy importante creer en lo que haces, pues este negocio es absolutamente pasional. Por ello, no se deben seguir las modas, sino el instinto. Estos negocios son muy personales y hay mucho esfuerzo, horas sin dormir, cábalas de pagos, etc. Pero no lo cambiaría por nada del mundo. Es absolutamente fascinante. Y lo que es mejor: me hace feliz“, concluye.

Foto escritorio francés
Escritorio francés de roble lavado del s. XIX. Precio: 1.900 euros. Reportaje gráfico de: Charo Alvargonzález.

En Verde Gabán se pueden encontrar piezas desde 30 a 8.000 euros.

1 / 10Cómoda francesa del siglo XIX con pátina actual. Precio: 1.900 euros. Además, marco para espejo florentino de mediados del siglo XX, por 750 euros. Por último, pareja de jardineras alargadas en hierro, por 300 euros.

2 / 10Pareja de lámparas de Murano con pantallas venecianas en seda de Rubelli. Precio: 1.700 euros.

3 / 10Mesa de granja francesa del siglo XIX, por 1.800 euros. Pareja de maceteros en forma de flor de Willy Gühl años 60. Precio: 1.200 euros.

4 / 10Mesa francesa de granja del siglo XIX. Precio: 1.800 euros; y conjunto de piezas de Macao, por 900 euros.

5 / 10Pareja de butacas francesas del siglo XIX. Precio: 1.200 euros.

6 / 10Butaca francesa de los años 50 retapizada en tela bouclé blanca. Precio: 600 euros. Además, escritorio francés en roble lavado del siglo XIX. Precio: 1.900 euros. Por último, pareja de jarrones Imari, por 450 euros.

7 / 10Pareja de consolas italianas del siglo XX, por 2.000 euros. Encima, pareja de maceteros cerámica franceses, por 500 euros.

8 / 10Vitrina o alacena francesa del siglo XIX con cristales emplomados originales. Precio: 2.600 euros. A los lados, pareja de copas en hierro francesas sobre peana, por 3.500 euros. Por último, 4 grisallas azules del siglo XIX (óleo sobre lienzo), por 8.000 euros.

9 / 10Candelabros florentinos, 120 euros la unidad; y consola Florentina por 1.600 euros.

10 / 10Lámpara de Manises con pantalla capuchina, por 600 euros; y cómoda alemana del siglo XVIII con pátina original. Precio: 4.500 euros.