Se dice que Alfonso XIII, impulsor del elegante hotel de la madrileña Plaza de la Lealtad, gustaba comer lentejas en sus elegantes salones los jueves. Lentejas con cuchara de plata en platos con filo de oro.
El Ritz, siempre distinguido, introdujo en España algunos usos y costumbres culinarios llegados de fuera en un ambiente sofisticado, como la moda británica del té de la tarde, sin abandonar nunca el rico recetario tradicional español. Este invierno lo recupera en su agradable Palm Court, uno de los espacios más acertados de la renovación dirigida por Mandarin y ejecutada por el arquitecto Rafael de la Hoz. La restauración de la claraboya original hace que entre esta luz de invierno, tan madrileña y grata de disfrutar en los cortos días invernales.
En este renovado espacio se sirven a medio día los platos más tradicionales de la gastronomía española con el toque de alta cocina y el gran respeto por el producto de los que hace gala la oferta culinaria del Mandarin Oriental Ritz, Madrid. Un plato diferente cada día de la semana, pero siempre con ingredientes de primera calidad cocinados a fuego lento con la maestría de Sergio de la Plata, Head Chef de Palm Court.
Los lunes es posible degustar la excelente lenteja pardina originaria de Castilla y León, acompañada de morcilla, chorizo y tocino de la provincia de Salamanca. El martes viajan a la gastronomía asturiana con las fabes con almejas del Cantábrico y gamba blanca de Huelva. El miércoles es el día de la menestra de verduras, entre las que el chef incluye una selección de verduras frescas como la zanahoria, el calabacín, las coles de Bruselas, el brócoli y la espinaca, entre otras. El guiso va acompañado de unos taquitos de jamón de bellota.
Para continuar con la tradición instaurada por Alfonso XIII, el jueves es el día del cocido madrileño. Desde el pasado otoño, el hotel presenta el plato más castizo de la capital, servido en sus tres tradicionales vuelcos y en bandeja de plata, como solía degustar el monarca. Y los viernes se sigue con otro clásico de la gastronomía madrileña: los callos, cocinados a la manera tradicional durante, al menos, cuatro horas. Callos, naturalmente, bien acompañados de pata de vaca, chorizo, morcilla, panceta, codillo de cerdo, jamón ibérico de bellota y pimentón ahumado de la Vera.
Precio por persona: 68 euros.
Imágenes (2)
1 / 2Uno de los platos más madrileños, callos cocinados a la manera tradicional.
2 / 2Lenteja pardina, que se sirve los jueves, como instauró Alfonso XIII.