Los grandes vinos blancos de Marqués de Murrieta

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Los grandes vinos blancos de Marqués de Murrieta

La bodega española triunfa dentro y fuera de nuestro territorio, alcanzando el reconocimiento de los mayores expertos.

Si se habla de vinos españoles, Marqués de Murrieta es un referente después de haber sido nombrada como la mejor bodega del mundo, reconocimiento otorgado por la red mundial de Grandes Capitales del Vino. Históricamente ha sido aclamada por sus destacados vinos tintos, especialmente por el Castillo Ygay, reconocido como el mejor vino del mundo en el año 2010, además de su emblemático Marqués de Murrieta Reserva. Sin embargo, el éxito de la bodega no sólo reside en sus riojas, también tiene una rica tradición en la producción de vinos blancos de alta calidad. 

El Castillo Ygay blanco 1986 marcó un hito en la revolución de los vinos blancos en la región de Rioja, después de unas décadas en las que la variedad de uva viura fue subestimada y pocas bodegas apostaban por la producción de vinos blancos. En 2016, el Castillo Ygay blanco 1986 recibió una calificación de 100 puntos Parker, siendo el único vino blanco español en conseguirlo, y convirtiéndose en el mejor vino blanco del mundo en el año 2020. Esto puso el foco en los grandes vinos blancos de Rioja.

Después de más de 20 años de crianza en barrica y casi 6 años en depósito de hormigón, el Castillo Ygay blanco 1986 fue embotellado para deleitar al público como nunca antes lo había hecho un blanco de La Rioja. Proviene del Pago Capellanía, un viñedo plantado en 1945 y situado en la parte más alta del viñedo de Marqués de Murrieta, en la Finca Ygay. 

Vino Blanco Castillo Ygay de Marqués de Murrieta
El maridaje ideal del Castillo Ygay puede ser, por ejemplo, becada al horno de brasa de cepas de garnacha con trufa negra, foie y viejo brandy, manitas de ibérico rellenas y caramelizadas con setas de cardo y trufa blanca, fina kokotxa de merluza al vapor con su pil pil o ravioli de jamón ibérico puro de bellota.

Además del Castillo Ygay, la bodega también elabora otro blanco, procedente del mismo Pago Capellanía y que da nombre al vino. Destaca por su singularidad, pues posee la esencia de un vino tinto, gracias a la calidad del viñedo del que proviene. Para alcanzar su carácter, el proceso de elaboración del Capellanía es minucioso. Inicia su transformación en depósitos de hormigón, donde se fermenta. Posteriormente es criado en barricas de roble francés. Es en ese espacio de roble donde el vino blanco Capellanía halla su máximo potencial. Es un tributo a la tierra, a la tradición y al arduo trabajo que culmina en la creación de una joya líquida como ninguna otra. Su elegancia, complejidad y estructura le otorgan un lugar privilegiado en la alta gastronomía y un merecido reconocimiento entre los vinos más excepcionales del mundo.

Vino Blanco Capellanía de Marqués de Murrieta
El proceso de vinificación del Capellanía empieza cuando las uvas se despalillan y se estrujan suavemente. Tras su paso por la mesa de selección se llevan a la prensa. Tras un breve contacto con su piel se prensan de manera delicada favoreciendo la extracción de su potencial aromático. Posteriormente, fermenta en un depósito de hormigón a 10 grados.

Pazo de Barrantes

La filosofía de crear grandes blancos que trasciendan generaciones y reflejen el carácter del viñedo también es compartida por la bodega Pazo de Barrantes, ubicada en Rías Baixas. Desde sus inicios, ha estado ligada a la familia Cebrián-Sagarriga, siendo Vicente Cebrián Sagarriga, X Conde de Creixell y padre de los actuales propietarios, el encargado de construir la bodega en 1991.

Situado en el corazón de la D.O. Rías Baixas, el Pazo de Barrantes se encuentra rodeado por la exuberancia de 12 hectáreas de viñedos propios, donde la uva albariño es la gran protagonista. Este lugar se encuentra ubicado en el Valle del Salnés, un rincón de la geografía gallega bendecido por la influencia del Atlántico, perfecto para la producción de vinos. La conjunción de la tierra, el clima y el cuidado esmerado de los viticultores crean un vino albariño único.

Vino Albariño Pazo Barrantes
Para el Gran Vino Pazo Barrantes el maridaje idóneo sería gamba roja a media cocción con jugo de su coral y ravioli de remolacha encurtida; solomillo rosado de ternera de leche sobre foie grillé, salsa vermut y manzana; lomo de merluza al vapor y asado, con su pilpil y cigalita.

En este histórico pazo del año 1511 se producen dos vinos que han llevado la uva albariño a su máxima excelencia: el Gran Vino Pazo Barrantes y el Gran Vino de Guarda La Comtesse. Tras una investigación de diez años y un meticuloso trabajo en el viñedo, el nuevo proyecto de Pazo Barrantes vio la luz en su primera añada de 2019. Este bebida representa una reinterpretación del albariño y un paso más en la búsqueda de la máxima calidad.

Por su parte, Guarda La Comtesse es un producto delicado y exclusivo procedente de un pequeño pago dentro de la Finca Barrantes, conocido como Pago Cacheiro, con una extensión de 1,4 hectáreas. Este caldo es fermentado y criado en tinos de roble francés para dar lugar a un Gran Vino de Guarda. 

Hoy en día, Pazo de Barrantes, al igual que Marqués de Murrieta, es un referente en la producción de vinos blancos de calidad en España, y la demanda de sus vinos es tal que ha implementado un sistema de distribución por cuotas entre más de 100 países en todo el mundo.

Vino Albariño La Comtesse
El proceso de crianza de La Comtesse transcurre durante un año en un tino de madera de roble francés de 3.000 litros, de los cuales dos meses está en contacto con las lías, y otro en depósito de hormigón.