Las bodegas de Gonzalo Medina, tesoro vinícola del sur de España

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Las bodegas de Gonzalo Medina, tesoro vinícola del sur de España

Williams & Humbert alberga 70.000 metros cuadrados donde reposan más de 60.000 botas de roble americano.

Williams & Humbert es una de las bodegas con más historia en la extensión que se apellida Marco de Jerez, y Gonzalo Medina (Jerez, 8 de diciembre de 1978) pertenece a la segunda generación de la familia Medina. “Hay pocos productos tan apasionantes a la hora de trabajar como el vino. Siempre hay una historia fascinante detrás de cada uno de ellos que comienza en la viña y continúa durante su crianza en la bodega”, explica a CLASSPAPER.

Encargado de diseñar las estrategias para posicionar las diferentes marcas de W&H en los mercados, sus tareas no tienen lugar al pie de las cepas, entre las uvas, ya que en Williams & Humbert las áreas de trabajo están muy definidas: “Contamos con un excelente equipo al frente de los trabajos de viticultura y elaboración con nuestro director técnico de viñas, Enrique Montero, nuestra capataz de Bodega, Ana Domínguez y con mi prima Paola Medina, como enóloga”.

Para vender un producto con eficacia hay que conocerlo hasta el tuétano, empaparse de su historia, de la esencia y, en su caso, ese aprendizaje empezó cuando era apenas un niño: “Claro que me acuerdo del primer día que probé un vino. Fue en las antiguas bodegas de W&H, en el centro de Jerez. Mi padre me dio un sorbo de una copa de Canasta, un oloroso dulce, para iniciarme. Fue una novedad para mí y todo un descubrimiento. Y si además se cata en un casco de bodega, la experiencia es doblemente gratificante”.

Foto bodegas Williams & Humbert, desde 1877
En la imagen superior, primer plano de Gonzalo Medina. Sobre estas líneas, fotografía antigua de dos empleados trabajando en las bodegas Williams & Humbert.

En su memoria corretean recuerdos de su infancia y adolescencia jugando en el campo, en la zona de La Cartuja de Jerez, donde vivían sus padres y sus tíos Ángel y José, rodeado de hermanos, primos y junto a la bodega y la viña Dos Mercedes, “que han sido y son un punto de encuentro para las celebraciones familiares”.

Antes de diseccionar el poderío y el corazón de esta bodega con Gonzalo Medina, merece la pena rebuscar en los anales para comprender su pasado y su futuro. Alexander Williams nació en Londres y se trasladó a Jerez para trabajar como empleado en la firma bodeguera Wisdom & Warter. Se enamoró de la inglesa Amy Humbert y se casó con ella. El suegro de Alexander le prestó el capital para que iniciara su propio negocio con la condición de que su hijo, Arthur Humbert, fuese su socio. Así nació la empresa Williams & Humbert en 1877. “Me encanta cuando Charles Williams, hijo del fundador, escribe acerca del origen, ya que mientras las novelas románticas terminan con una boda, la historia de W&H, sin embargo, empieza con una”, comenta Medina.

Sus primeros cimientos se construyeron en la céntrica calle Nuño de Cañas, en Jerez de la Frontera, y su sede se trasladó a las antiguas Bodegas Internacionales, en la carretera Madrid-Cádiz. “En los años 60, los cuatro hermanos Medina –Ángel, Nicolás, Jesús y José– empezaron su andadura en el negocio vinícola y fundaron José Medina y Cía en 1971. Durante dos décadas adquirieron otros activos importantes y ampliaron el negocio en el mercado exterior. Fue a principios de los años 90 cuando la familia adquirió las Bodegas Williams & Humbert, que habían pasado por varios propietarios”, explica.

Gonzalo Medina
Gonzalo Medina, uno de los miembros de la segunda generación al frente de Williams & Humbert.

Pregunta. ¿Se consideran ustedes pioneros en el entramado de la regulación y clasificación de los vinos?
Respuesta. La Denominación de Origen de Jerez es la más antigua de España. Nuestro Consejo Regulador fue el primero en publicar el Reglamento de una D.O. con arreglo a lo dispuesto en el Estatuto del Vino español del año 1933: el de Jerez-Xérès-Sherry. Y una bodega como Williams & Humbert, que ya llevaba una trayectoria importante desde 1877, participa en este nacimiento. El sector del vino en esas tierras siempre estuvo a la vanguardia de las tendencias europeas y a principios del siglo XX estaba preparado para crear la primera D.O. Williams & Humbert, que cuenta con un extraordinario legado y con unas soleras históricas, como las del Fino Pando, primera marca registrada de la compañía, nacida en 1878. O su colección de añadas, la más completa y antigua del Marco de Jerez, con jereces que se remontan a 1920.

P. Pertenece a la segunda generación…
R
. Sí, soy hijo de Jesús, el más pequeño de los cuatro hermanos, que en aquellos años se dedicaban al negocio del vino y tenían un enorme espíritu emprendedor. Desde sus inicios tuvieron clara la importancia de apostar por la calidad y de posicionar las marcas en los mercados exteriores. Desgraciadamente, mis tíos Ángel y Nicolás ya no están con nosotros, pero los cuatro nos han dejado un legado increíble que no solo tiene que ver con el vino, sino también con la importancia de la unión familiar.

P. ¿Qué es el Valle Mesopotámico? ¿Qué aporta a sus vinos?
R. Se trata de la región en la que está ubicado el Marco de Jerez y que es, sin lugar a dudas, una zona privilegiada donde la luz y el mar juegan una clara influencia sobre la viña y los vinos. Está enclavado en la costa atlántica y enmarcado por los ríos Guadalquivir y Guadalete, con un clima cálido, un promedio muy alto de horas de sol al año y sometido a la alternancia de los vientos de Levante y de Poniente.

Foto de la bodega Williams & Humbert en Jerez de la Frontera
Interior de la bodega Williams & Humbert en Jerez de la Frontera, Cádiz.

P. ¿Con cuántas hectáreas de viñedo cuentan a día de hoy? ¿Cómo ha sido la evolución?
R. Cultivamos 250 hectáreas en los pagos de Añina y Carrascal, en la zona de Jerez Superior. Más que crecimiento, lo que ha habido es una evolución importante hacia el viñedo ecológico. Desde 2015 nuestras bodegas cuentan con 40 hectáreas dedicadas a ello. De hecho, hemos sido pioneros, lanzando en 2018 el primer Fino Ecológico del Marco, El Fino de Añada 2015. Ahora, en 2022, hemos elaborado el primero Oloroso Ecológico del Marco de Jerez, procedente también de la vendimia de 2015. Además, estamos inmersos en el proyecto de cultivo de uva Pedro Ximénez ecológica, siendo la única bodega del Marco que ha implantado este tipo de variedad.

P. ¿Qué uvas utilizan y qué aporta cada una?
R. Empleamos Palomino, Pedro Ximénez y Moscatel, las tres variedades del Marco. Pedro Ximénez, por su mayor contenido en azúcar, es perfecta para la crianza de vinos dulces de gran calidad. Moscatel se destina a la elaboración de vinos dulces especiales con ese mismo nombre y Palomino, la más tradicional y abundante, se ha destinado preferentemente a vinos secos. Hoy día trabajamos para lograr vinos en los que estén presentes los perfiles aromáticos de las variedades y sean la expresión de los pagos en los que se han cultivado.

P. Su padre le dio a probar uno de sus vinos cuando era pequeño, ¿qué siente ahora al degustarlos?
R. Dicen que los recuerdos aromáticos son los que guardan una mayor impronta en la memoria. Así que, con solo olerlos, me despiertan muchos recuerdos relacionados con mi infancia y mi familia. Y también me trasladan a la increíble historia que hay detrás de cada uno de ellos.

P. Se habla mucho últimamente del ‘terruño’…
R. Es un factor diferenciador. Desde el suelo Albariza hasta los Pagos, en nuestro caso Añina y Carrascal, con su propia singularidad y tipicidad, son la combinación perfecta para el cultivo de las distintas variedades del Marco de Jerez. Cada uno de estos pagos posee características propias determinadas por su situación geográfica: el de Carrascal en el interior, al noroeste, y el de Añina al oeste y con mayor cercanía al Océano Atlántico. Como dice nuestra enóloga, un vino debe ser la expresión de nuestra historia, tradición y tierra. Y efectivamente nuestros vinos son la expresión de los pagos en los que se han cultivado.

Foto de Paola Medina, enóloga y directora técnica de Williams & Humbert
Paola Medina, enóloga y directora técnica de Williams & Humbert.

P. Cuando se juntan toda la familia, ¿sólo hablan de vino?
R. Vivo en Jerez, con mi mujer y mis dos hijos. Pertenezco a una familia grande y no todos los que forman parte de ella están involucrados en la empresa, así que cuando nos reunimos, ya sea en la bodega o en la viña, cosa que pasa a menudo, hablamos de muchos temas. Pero es inevitable, claro, acabar charlando sobre vinos, destilados y todo lo que tiene que ver con Williams & Humbert en general.

P. ¿Es respetado fuera de nuestra fronteras el vino de Jerez? Exportan a más de 80 países…
R. Tenemos más de 50 marcas propias, tanto de vino y brandi de Jerez como de otros destilados y exportamos desde nuestros comienzos. Por supuesto, el mercado doméstico es también muy importante para nosotros. Tenemos referencias como el cream Canasta, que es líder en el mercado nacional dentro de su categoría. Yo creo que el vino de Jerez es respetado y muy admirado en nuestro país. No hay más que ver la pasión que despierta en el mundo de la gastronomía, en el que los más reputados chefs y sumilleres no dudan en calificar al jerez como una joya enológica.

P. ¿Cuál es su país preferido?
R.
Hoy día, nuestro principal mercado es Filipinas con el brandi, pero nuestros productos y mercados están muy diversificados. El Reino Unido y los Países Bajos han sido países de referencia para el mercado de exportación del jerez, pero cada uno cuenta con gustos y especificaciones muy propias y singulares. Por ejemplo, en el caso de nuestras bodegas, tenemos marcas tan emblemáticas como el oloroso medium Dry Sack, que ha sido y es una marca de primer orden en Estados Unidos. En Alemania está muy posicionada nuestra gama de jereces de 15 años Don Zoilo y en Italia tienen querencia por el Pedro Ximénez, con vinos como el Don Guido 20 años. No podemos hablar de un país favorito, sino que cada mercado tiene sus propios gustos y singularidades.

P. ¿Cuántas bodegas tiene?
R.
Una. Las Bodegas Williams & Humbert cuentan con una superficie de casi 70.000 metros cuadrados (es la más grande Europa, al acoger 60.000 botas de roble americano bajo un único casco). Son unas instalaciones que cuentan con el Premio Nacional de Arquitectura y que han sido declaradas Patrimonio Inmueble Andaluz.

Foto gama de Brandies de Jerez Gran Reserva
Brandi de Jerez Gran Reserva, nacido de soleras centenarias, bajo el nombre de Gran Duque de Alba, figura histórica y símbolo de valentía, honor y lealtad.

P. ¿Cuál o cuáles son sus joyas de la corona?
R.
Una gama premium de 6 años con marcas tan emblemáticas como Canasta, Dry Sack o el Fino Pando. La gama de 15 años Don Zoilo y los VOS y VORS Canasta 20, el Pedro Ximénez Don Guido, el palo cortado Dos Cortados y el amontillado Jalifa. Junto a estos vinos elaborados a través del Sistema de soleras y criaderas, tenemos una colección de añadas históricas, que se remontan a 1920, y las actuales de crianza biológica, incluyendo en 2022 los finos de añada de Pago y también en la elaboración de vinos ecológicos como el Fino 2015 y el Oloroso 2015. En cuanto a los destilados, poseemos marcas de brandi tan señeras como Gran Duque de Alba, y Alfonso, la ginebra Cubical o el Ron Dos Maderas.

P. Se habla mucho de la Crema de Alba…
R.
Es un producto muy singular y exclusivo. Se trata de una crema de Jerez y su elaboración tiene como base las soleras de un brandi de gran calidad, como es el Gran Duque de Alba Gran Reserva.

P. Como el mundo del vino se les hace ‘pequeño’, se meten en la alimentación, ¿por qué?
R.
Efectivamente. Desde hace casi dos décadas contamos con una línea de negocio orientada a la alimentación donde entran nuestros quesos, jamones, aceites y, cómo no, el vinagre de Jerez. Esta iniciativa responde a nuestra filosofía de trabajo, que básicamente se basa en diversificar productos y mercados y en innovar, partiendo siempre de la tradición y respetando nuestra herencia y legado.

P. ¿Próximos proyectos?
R.
¡Muchos! Vinos elaborados con uva sobremadura, vinificaciones por Pagos, lanzamiento de nuevas añadas, continuar con la línea de trabajo jerecés y viñedos ecológicos… Hemos renovado el diseño y ampliado la gama de nuestra ginebra Cubical y del Ron Dos Maderas. Este último presenta muy buenas perspectivas de crecimiento y cada vez tiene un mayor posicionamiento en los mercados internacionales. Sin olvidarnos del brandi, como Gran Duque de Alba, que acabamos de rediseñar, tratando de rejuvenecer la categoría.  

P. ¿Qué hace cuando no anda entre viñedos y estrategias?
R.
Todo mi tiempo libre se lo dedico a la familia. Me encantan los animales, la naturaleza en general y me apasiona el mar y navegar. Siempre me ha gustado mucho el mundo del motor y la fotografía.

P. Vino y gastronomía están íntimamente ligados. ¿Con qué platos maridaría alguno de sus vinos?
R.
Un plato de riñones al jerez con un Fino Don Zoilo en rama de 8 años de crianza. Me encantan los arroces de todo tipo y los acompañaría con el Amontillado de Añada 2001. En verano, el gazpacho acompañado de un Fino Pando. Y soy muy fan de la tortilla de patatas con un Oloroso Don Zoilo de 15 años.

P. ¿Le ‘da’ usted a la cocina?
R.
Confieso que se me da mejor comer lo que otros cocinan que meterme entre fogones. Me apasiona la buena mesa y los platos de cuchara; he tenido la suerte de disfrutar de las recetas de mi madre quien, como buena cántabra, hace unos guisos espectaculares como el cocido montañés o la berza jerezana.