No se prodigan en grandes convocatorias. Más bien al contrario, permanecen en un quinto o sexto plano. Un ejemplo: en la pasada edición de Watches and Wonders de Ginebra, la feria de alta relojería más importante del mundo, presentaron su último artefacto, The Champion, un balón de fútbol en el que se esconde un mecanismo relojero exquisito y sorprendente. ¿Dónde? En una pequeña galería anidada en una pequeña calle de la ciudad. Los que forman parte de The Unnamed Society no suelen dar la cara.
Se saben algunas cosas. Fue fundada en 2019 en Suiza por un equipo de inventores y diseñadores comprometidos con, como reza su lema, “crear lo imposible que no se puede imaginar”, artículos híper exclusivos realizados con materiales de la más alta calidad y técnicas impregnadas en la tradición, para coleccionistas que forman parte de su círculo encubierto. Son apasionados del arte y la artesanía que reinterpretan objetos más o menos cotidianos a los que añaden un valor convirtiéndolos en artículos a medida, lujo en estado puro.

The Champion es su –como les gusta apellidarlos– capítulo VI. Por fuera, placas poligonales de ébano de Macasar, piel de cordero, nobuk, carbono, maderas nobles o piedras preciosas…, personalizable a gusto del cliente. En su interior, late un mecanismo de 205 componentes en el que la hora saltante y los minutos intermedios se leen en dos discos situados a las 6 horas. Su corazón es un volante de rosca (habitual en los mejores relojes de bolsillo antiguos) que permite alcanzar una reserva de marcha de 155 horas. Todo ello enmarcado en un cristal mineral templado que hace las veces de campo de fútbol en miniatura en el que la portería, los jugadores y el mecanismo de los penalties están impresos en 3D, en titanio de grado 23.
En su archivo, los creadores atesoran otras piezas fascinantes como La reinvención del Winchester, un arma revolucionaria que cuenta casi 150 años y nos remite a esos aventureros del lejano Oeste norteamericano y la simbología desplegada por los tipos duros en infinidad de películas. Un rifle de repetición de palanca que implantó una nueva manera de cargar la munición: con un único movimiento fluido de la mano del gatillo sobre la palanca se amartillaba el percutor y se alojaba la bala. Precisión, rapidez y mano firme. El equipo de The Unnamed Society se unió a la manufactura suiza de relojería L’Épée, nacida en 1866 y, con una alta dosis de imaginación y savoir faire, convirtieron la carga y amartillado del original en un mecanismo para remontar el calibre del cronómetro. En el cañón se indica y ajusta la hora.
¿Cuántas balas se podían disparar con el Winchester sin necesidad de recargar? Quince, los mismos dientes de la palanca que remonta el mecanismo y genera una reserva de marcha de siete días. El armazón de este conglomerado de engranajes se presenta, dependiendo del modelo, en acero, acero dorado, la combinación de estos o cromado negro. Y en la culata y guardamanos aparecen pieles de caimán, toro, canguro, serpiente, cordero, tiburón o lagarto.

En algunas piezas ha intervenido el diseñador y maestro cuchillero Tashi Bharucha, que reinterpreta el grabado de los clásicos arabescos. Precisamente él dirigió el Proyecto Jim Bowie: un solo diseño de cuchillo y 50 interpretaciones realizadas por 26 de los armeros más prestigiosos del mundo.
Para realizar el proyecto sus creadores recorrieron 13 países en busca de esos extraordinarios cuchilleros y herreros artesanos con el objetivo de crear la hoja definitiva. Les pusieron una sola regla: seguir el diseño de la silueta de la hoja imaginada por Tahsi Bharucha –fabricante y diseñador de cuchillos de renombre internacional– inspirada en el legendario cuchillo Bowie. “El Proyecto Jim Bowie es un sueño que la visión y la determinación de The Unnamed Society ha hecho realidad. Este proyecto –y sé que hablo en nombre de todos aquellos capaces de apreciar lo extraordinario– es el homenaje perfecto al arte del fuego, a la forja del metal para crear unas piezas que no son solo herramientas, sino también joyas y que, de ese modo, expresan un equilibrio entre fuerza y sensibilidad que ha sido esencial en la historia de la humanidad. Ha sido fantástico ir a visitar a los mejores forjadores de cuchillos del mundo –entre ellos nuevos talentos que serán los continuadores de este increíble trabajo, un verdadero arte– y ver cómo brillaban sus ojos cuando nos dejábamos llevar por la imaginación al comentar los detalles del proyecto”, cuenta el diseñador. Sus fundas, a medida, cayeron en manos del maestro Jeremy Guillaume, con sede en Lille, quien ha combinado materiales y acabados exclusivos para ellas.

Para otro de sus best sellers, Talismán, esta sociedad secreta se unió a la firma S by Salanitro, que destaca por la creación de objetos excepcionales, diseñando productos inesperados para dar forma al ojo protector que preside este colgante de alta joyería.Realizado con impresión en 3D, configuró los iris más realistas posibles poniendo sobre la mesa su conocimiento de las artes decorativas en la joyería. El cliente puede elegir su engastado –en oro rosa, blanco, amarillo o titanio– y sus gemas (amatistas, diamantes blancos, negros o marrones, rubíes, tsavoritas o zafiros naranjas, amarillos o azules).
Imágenes (2)
1 / 2La delicada y preciada piel azul de jade Galuchat se combina con la plata en este rifle que cuesta 69.000 euros.
2 / 2El Winchester reinventado en arma relojera realizado en madera de macassar y plata. 70.300 euros.