Comisariada por Emma Lavigne, directora general de la Pinault Collection, y Nicolas-Xavier Ferrand, “Antes de la tormenta”, ‘Avant L’Orage’) abre nuevas perspectivas con la visión impactante de una veintena de artistas de todo el mundo que recrean nuevos ecosistemas y escenarios naturales a través de interpretaciones efímeras y mutantes de arte digital, instalaciones sonoras, cuadros, esculturas y trampantojos.
Una inquietante muestra, disponible hasta el 11 de septiembre, donde las obras “siembran” y transforman las salas del histórico edificio La Bourse de Commerce, remodelado por Tadao Ando, proponiendo al espectador un viaje desde la oscuridad a la luz, la primavera y el invierno, el sol y la lluvia, lo humano y lo no humano, paisajes inestables y nuevos ecosistemas en los que sumergirse.
Con el telón de fondo de la emergencia climática, obras inéditas y otras icónicas de la colección Pinault dan la voz de alarma desde el arte frente a uno de los desafíos de la Humanidad, cuestionando nuestra relación con la naturaleza. Los jardines oscuros, las estaciones o el mundo creado son los ejes principales de la muestra. En este sentido, como afirma el filósofo Emanuele Coccia, “la estación es el momento en que el clima es un hecho estético antes de convertirse en un fenómeno físico o meteorológico, y el cambio climático contemporáneo sugiere que las estaciones no se suceden una tras otra, sino que entran unas dentro de otras, intensificándose en lugar de desaparecer”. Con el trasfondo de la alteración del clima y “en nuestro actual estado de emergencia, antes de que estalle de nuevo la tormenta, estos artistas inventan ecosistemas precarios con estaciones sin precedentes”, afirma la comisaria Emma Lavigne.

Como si fuera una metáfora de un gigantesco invernadero, la rotonda, bajo la cúpula de cristal y acero, acoge la espectacular instalación y obra Tropeaolum, creada especialmente para la muestra comisariada por Caroline Burgeoise. El jardín oscuro del artista de origen vietnamita y nacionalidad danesa Danh Vo expresa el maltrato del planeta donde el reino vegetal reclama su espacio con ramas recicladas de robles tronchadas y rotas por las tormentas, sujetas por muletas y estructuras de madera como si fueran cuerpos heridos que necesitan cuidado, pero comienzan una nueva vida abriendo la esperanza de que otro camino es posible.
Présage (Presagio), de la artista marroquí Hicham Berrada (Casablanca 1986), zambulle al visitante en un ecosistema cambiante con su videoinstalación de jardines acuáticos que evocan arrecifes de coral creciendo a un ritmo trepidante, aunque son metales que reaccionan por un activador químico sugiriendo el mundo por venir.

Chernobyl, 2011 de la californiana Diana Thater presenta la desolación de un escenario radiactivo y apocalíptico multiplicando las imágenes de la catástrofe nuclear. Las imágenes de Tacita Dean simulan nubes flotando cuando en realidad son el humo de los incendios que asolaron los bosques de California. Human Mask del artista francés Pierre Huyghe sorprende presentando a un mono con máscara humana deambulando por una ciudad abandonada, mientras que en Untitled recrea el mundo tal y como lo experimentan los no humanos, desde perros a insectos, en un compost comprometido con las nuevas posibilidades de fertilizar el mundo.

La lluvia tropical resuena en la pieza sonora Raining (sound Piece) de Dominique Gonzalez-Foesrter (Estrasburgo, 1964) mientras el americano Robert Gober incide con Waterfall en las relaciones entre lo interno y lo externo con una chaqueta negra de la que emerge un trampantojo con una cascada imperceptible si no te acercas. Los paisajes diminutos de Lucas Arruda alertan sobre la desertificación y en la instalación de la surcoreana Anicka Yi las plantas incuban insectos robóticos. El español Daniel Steegmann Mangrané, afincado en Río de Janeiro, muestra en sus pequeñas esculturas la fragilidad y la vulnerabilidad de la vida y el colonialismo y la explotación de Asia es cuestionado en la obra de la vietnamita Thu Van Tran. Edith Dekyndt ocupa las veinticuatro vitrinas que circundan la rotonda con un teatro de objetos y un vídeo que es un homenaje a los esclavos de Martinica.

Cortesía: Thu Van Tran / Almine Rech, París.
La búsqueda desenfrenada del progreso y la riqueza ha modificado irremediablemente nuestro entorno. En palabras de Emanuele Coccia: “Hablar de plantas es hablar del origen de nuestro mundo, de su comienzo perpetuo, que se repite a cada momento, en cada lugar del globo. Significa captar el primer aliento del universo, nombrar el lugar donde todo comienza a respirar”.
En definitiva, cuando algo se destruye algo nuevo se crea, y al margen de discursos políticos no sabemos con certeza qué mutaciones ocurrirán dando lugar a un nuevo panorama para los seres vivos.