Existe un espacio dedicado al arte contemporáneo en pleno centro cultural y de tendencias de la capital (calle Piamonte, en el barrio de la Justicia). Desde su nacimiento en plena pandemia (2020), es el sueño realizado por el curador, artista y coleccionista Alejandro de Villota. Su misión es presentar el arte contemporáneo y moderno latinoamericano, cruce entre la estética y la política de los años 60 y 70 fundamentalmente, a través de diversas disciplinas artísticas y autores. Entre éstos, destacan las mexicanas Yolanda Andrade y Graciela Iturbide quienes, además, estos días están en el punto de mira al arrancar una nueva edición del Festival Photoespaña. Un evento en el que Memoria participa y las fotografías de estas artistas cobran especial protagonismo.

Hablamos con Alejandro de Villota sobre su nueva exposición Fantasías Disidentes; Chile-México (1978-1987). “Desde Memoria todos los años intentamos preparar una exposición de fotografía para este festival. La fotografía tiene un nivel de direccionalidad y manifestación simbólica que permite contar ciertas narrativas de una manera muy elocuente, ya que activa la historia y un imaginario mucho más directo”. Se trata de una mirada al activismo de género en el continente lationamericano a finales de la década de los 70 y los 80. Concretamente son México y Chile los países de origen de las cuatro artistas protagonistas de la muestra: Yolanda Andrade (México, 1950), Paz Errázuriz (Chile, 1944), Terry Holiday (México, 1955) y Graciela Iturbide (México, 1942).
A través del diálogo que establecen en Galería Memoria no sólo se trata de hacer visible lo que era invisible o tabú en aquellos años en países tan complicados como Chile en plena dictadura de Pinochet, sino que el espectador está ante “un proyecto muy emocionante” por la fuerza de cuatro mujeres cuyo trabajo no se consideraba por el mero hecho de serlo.
Como explica el galerista, “es la segunda exposición que realizamos en torno al activismo de género. En la edición anterior organizamos la primera exposición de Yolanda Andrade (Beca Guggenheim y una de las mejores fotógrafas del mundo) y un proyecto sobre Terry Holiday, que es una de las líderes activistas y vedettes más importantes. Ella abrió el campo de los cabarets clandestinos que existían en ciudad de México en los años 70. Decidimos que era importante continuar con este tema e intensificar la mirada sobre el género a través de otras artistas que también habían tratado este tema de manera diferente en otros lugares como Chile o en el mundo indígena. Este es el caso de Graciela Iturbide (Premio Hasselblad 2008 y Premio Photoespaña, entre otros muchos). También incluimos a Terry Holiday en su faceta como ilustradora en la primera exposición que realiza en una galería, y a Paz Errázuriz, Premio Nacional de Artes Plásticas de Chile 2017, Premio Photoespaña y cofundadora de la Asociación de Fotógrafos Independientes”.

En esta exposición -y de ahí el título- la fantasía opera como vehículo de resistencia contra la normatividad: “Se me ocurrió este hilo conductor, ya que me llamaba la atención que la narrativa de estas imágenes incluía un mundo propio donde todo era posible para todas estas personas que se alejaban de lo normativo, de la heterosexualidad y que no se ubicaban en la sociedad. A través de una ilusión, del mundo de la noche, del transformismo, del disfraz…, encontraban su supervivencia”. Un tema que Alejandro de Villota extrapola a la actualidad, de ahí la importancia de la muestra justo ahora, cuando hemos vivido momentos complicados por la pandemia o la guerra de Ucrania, entre otros, que nos llevan a una situación de “desesperanza”. “De alguna manera la fantasía nos va a ayudar a superarlo mejor”, nos dice.

Memoria se suma, pues, a la revisión de esta constelación de activismos artísticos que permiten establecer nuevas lecturas sobre este periodo crítico en el arte contemporáneo y la cultura visual latinoamericana así como a proyectos referentes tales como Radical Women: Latin American Art, 1960-1985 del Hammer Museum (UCLA) en Estados Unidos llevado a cabo en el 2017. “Esta exposición deja, además, un mensaje esencial sobre la tolerancia y sobre el prójimo, ya que si nos conociésemos más a fondo nos volveríamos una sociedad más tolerante”, concluye Alejandro de Villota.