David Castillo, el arquitecto que es famoso por sus miniaturas

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David Castillo, el arquitecto que es famoso por sus miniaturas

Afincado en Barcelona, el artista madrileño es de los más reconocidos del mundo y reproduce cualquier objeto a escala 1:12 con materiales de altísima calidad.

Desde pequeño coleccionaba miniaturas, pero nunca se imaginó que de aquella pasión haría su oficio, que además, convertiría a David Castillo (Madrid, 12 de enero de 1973) en uno de los artesanos miniaturistas más codiciados a nivel mundial. Peticiones de Estados Unidos, Europa o China dan idea de lo valoradas que están para los coleccionistas las piezas de este artista afincado en Barcelona. Cualquier objeto que le soliciten sus clientes, por extravagante que resulte, puede ser reproducido. El mundo a escala 1:12, la más utilizada entre los coleccionistas.

Castillo empezó su formación primero como arquitecto y luego como interiorista en la Universidad Politécnica de Madrid. Al finalizar sus estudios comenzó a trabajar en un showroom de diseño contemporáneo de la calle Serrano, “y a la vez me lancé a crear miniaturas y reproducciones de arquitectos clásicos, hace unos 15 años, y le cogí el gusto. Cuando me trasladé a vivir a Barcelona participé por primera vez con un pequeño stock en la Feria de Miniaturas de la Ciudad Condal. Fui por diversión, pero tuvo tan buena acogida que desde el primer momento empecé a recibir encargos de diferentes estilos”, explica el artista.

Retrato del miniaturista David Castillo
En la imagen superior izquierda, camisa inspirada en modelos del S.XIX, maniquí de madera y fieltro y consola de media luna patinada. Arriba a la derecha puede apreciarse que aunque los coleccionistas empiezan a solicitar piezas de otras épocas, los periodos estrella siguen siendo el estilo Victoriano o, como en este caso, el Luis XVI: tradicionales boiseries en las paredes, la cama de día o el parquet del suelo siguiendo modelos de Versailles. Sobre estas líneas, David Castillo junto a algunas de sus creaciones.

Cada pieza suele llevar un mes o dos de trabajo: “La gente me dice que hay que tener paciencia para dedicarse a esto, pero más que paciencia, lo que hay que tener es perseverancia y repetir una y otra vez hasta que obtienes la pieza. Cuando algo te gusta sale solo”, cuenta. Su formación ha sido completamente autodidacta, ha aprendido a hacer de todo, “ebanistería, tintes, barnices, soldaduras, pintar al óleo, costura, etc. Cada reproducción está hecha casi como un original y con los mejores materiales: maderas nobles, ricas telas, pan de oro de 22 quilates; me gusta utilizar materiales muy buenos. Se trabajan mucho mejor y en el resultado final se nota una barbaridad”, asegura. Cada año realiza entre 500 y 600 pequeñas reproducciones destinadas a coleccionistas de casas de muñecas completas o de room box, una sola habitación decorada hasta con el más mínimo detalle y que reproduce en un único ambiente, ya sea una tienda, estancia palaciega o un jardín.

El tipo de clientela que recurre a El Taller de David es el de un coleccionista que tiene de todo y busca el toque diferente que le aporta el artista madrileño: “Están buscando novedades, frescura y estilos más auténticos, más puros, más armonía. Y creo que yo se lo aporto a mis creaciones”. Los compradores suelen contactar por su perfil de Etsy, el portal de venta de artesanía y objetos de lujo, o a través de su cuenta de Facebook o de Instagram (@tallerdedavid) para comprar las piezas que va publicando o para hacerle encargos concretos: “Vamos estudiando la pieza que quieren hasta que conseguimos dar con la idea final. Suelen tener las ideas bastante claras, pero también les encantan las piezas que voy publicando en las redes sociales. Instagram ha sido toda una lanzadera, duran muy poco a la venta y me piden que se las reproduzca igual o con alguna variación. Aunque no suelo repetir piezas, puedo darles una vuelta”, añade. 

Foto de miniaturas de David Castillo
A la izquierda, vestido dieciochesco con pamela trenzada en paja a juego. A la derecha, cama “a la polonesa” con ricos terciopelos y sedas y pequeño velador en maderas nobles.

Mercado Internacional

La inmensa mayoría de su producción se exporta fuera. Asegura que el público español no es su público objetivo: “Tengo clientes buenísimos españoles, pero muy pocos. En España hay tradición, pero no demasiada ni de demasiada calidad. Aunque estoy generalizando”. El destino de sus pequeñas obras de arte suele ser Estados Unidos –sobre todo California y la Costa Oeste–, Reino Unido, Holanda, Alemania… y muchísimos encargos de China. “Tengo bastantes diferencias con los compradores chinos”, se sincera el artesano. “Ellos exigen el diseño idéntico de las piezas que ven y les tengo que explicar que esto es artesanía y que nunca van a salir dos piezas exactas, no es una producción en cadena”. 

Foto de miniaturas de David Castillo
A la izquierda vemos que el estilo Mid-Century, que marcó las décadas centrales del S.XX, cobra cada más peso entre los amantes de las miniaturas. La mesa y el taburete giratorio de arquitecto están realizados en maderas y metal soldado. A la derecha, réplica en miniatura del autorretrato de la pintora francesa Élisabeth Vigée-Lebrun, amiga y artista de cámara de María Antonieta y Luís XVI.

En el mundo de las miniaturas también hay modas. Aunque el más demandado sigue siendo el estilo victoriano más tradicional, el de las casitas de muñecas de toda la vida, ahora el gusto francés más barroco viene marcando territorio y muchos coleccionistas se decantan por el mobiliario estilo Luis XV o Luis XVI: “Tiene muchísima salida, es impresionante. Son piezas muy vistosas, recargadas, con muchas molduras y muchos elementos con pan de oro. Desde hace un tiempo también empieza a haber un movimiento de gente que se dedica a casas más modernas, cansados de tanto victoriano y tanto barroco. Siempre me gusta ir incorporando muebles más actuales para que vean que hay combinaciones de clásico y moderno que son brutales”, dice David.

El artesano acaba de abrir tienda y taller en el número 522 de la calle Pere IV de Barcelona, donde trabaja “de domingo a lunes”. Y hasta allí se trasladan muchos de sus admiradores: “La semana pasada vino a recoger unas piezas una chilena que viajó ex profeso hasta la cuidad condal, quiso conocerme en persona y ver cómo trabajo. La mayoría de los clientes suele repetir como compradores una vez que conocen el producto”.

Foto de miniaturas de David Castillo
A la izquierda, interior de estilo victoriano en el que se observa el dominio de Castillo de cualquier técnica que requiera sus miniaturas: ebanistería, barnizado, tapizado, soldaduras, dorado al pan de oro… A la derecha apreciamos que los clientes suelen comisionar piezas únicas concretas, pero en ocasiones solicitan los denominados room box, que son espacios completos como esta cocina. Tiendas, farmacias, salones o jardines son algunos de los más demandados.

La última pieza que está a punto de salir de sus laboriosas manos —le quedan apenas unos retoques, tras más de un año de trabajo— es una espectacular cama de latón macizo, “una obra de arte única que me ha costado mucho trabajo y mucho tiempo. Estará valorada alrededor de los mil euros, y seguro que dura poquísimo a la venta. Pero también hay piezas normales, como un espejo francés desde 100-150 euros, de altísima calidad y terminado con pan de oro de 22 quilates”. El mundo más lujoso a escala 1:12 a su alcance.