El lugar donde descansa el corazón

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El lugar donde descansa el corazón

Es el significado de Akatokamanava, el sobrenombre maorí que recibe Mauke, una de las 15 Islas Cook. La prueba de que aún quedan paraísos por descubrir.

Esta pequeña isla, con sólo 300 habitantes y una superficie de 18 kms. cuadrados de extensión es un jardín repleto de flores y árboles tropicales. Un lugar fascinante donde las leyendas se cruzan con las costumbres matakeinanga (las tribus que allí habitan) llenando el espíritu de magia. Tanto Mauke como su vecina Mitiaro son dos de las más desconocidas del archipiélago que conforman las Islas Cook, 15 islas dispersas en en el corazón del Océano Pacífico, entre el oeste del Reino de Tonga y el este de Tahití. Aquí el viajero no encontrará resorts de las grandes marcas internacionales ni edificios más altos que los propios cocoteros. Aquí el lujo radica precisamente en el silencio, la naturaleza virgen, la tranquilidad, la ausencia de tráfico y la lejanía de los circuitos del turismo internacional. Aunque cuentan con numerosos alojamientos perfectamente equipados, ubicados junto al mar y entre preciosos jardines tropicales, es interesante la opción de alojarse en las casas de los aldeanos, que las ofrecen al viajero en estos deliciosos lugares donde la estandarización turística aún no ha llegado.

Arriba, las islas del grupo sur de las Cook se asoman al mar entre rocas coralinas. Sobre estas líneas en Mauke, la isla jardín, los caminos del interior se curvan suavemente entre una exuberante vegetación tropical.

Islas Cook es un país autónomo, libremente asociado a Nueva Zelanda, con dos lenguas oficiales: el inglés y una variante propia del maorí, el rarotongano. La capital se sitúa en la isla Rarotonga y todas ellas, aunque Mauke y Mitiaro en especial, son de los pocos paraísos naturales del mundo en los que aún es posible perderse entre altas palmeras, rocas de coral y playas de blanca y finísima arena. A pesar de ser un grupo de islas muy dispersas –230 kms. cuadrados de tierra firme entre todas, situadas en una extensión de 1.800.000 kms. cuadrados de océano– se puede viajar cómodamente en avión desde Rarotonga hasta varias de ellas, las que no están protegidas y requieren de un permiso especial para su visita. Los más aventureros incluso pueden viajar de isla en isla utilizando el método barco-stop: un intercambio de viaje por servicios que en sí mismo es ya una experiencia. La estación seca, ente abril y octubre, cuando la temperatura media ronda los 26 grados, es el momento perfecto para visitarlas y disfrutar de su clima y paisaje privilegiados.

En Mauke el amor se hizo leyenda

La vida en esta tranquila isla transcurre entre cocoteros, playas rodeadas de rocas de coral y algunas de las cuevas más bellas del Pacífico Sur: Vai Ou y Vai Tunamea, dos razones de peso por las que bien merece la pena viajar hasta allí. Las rutas de senderismo rodeando toda la isla permiten conocerla a fondo, parando a disfrutar de momentos inolvidables en lugares secretos y mágicos como las cuevas dispersas por toda la isla. En su interior se encuentran pequeñas piscinas de agua salada donde el baño es refrescante y casi iniciático. Kopu Po’oki, en la Reserva Marina, es la más conocida.

En la iglesia dividida de Mauke, que mantiene la separación entre las dos aldeas a las que pertenece, el sacerdote dirige el culto desde el centro, sobre una línea que marca la división, aunque el muro original ya no existe.

No se puede dejar de visitar la curiosa iglesia cristiana, construida en 1882 por dos aldeas, Areora y Ngatiarua. Tras una disputa por la decoración, los aldeanos decidieron levantar un muro en medio y decoraron cada mitad a su gusto. Cada uno tiene su entrada y su propia zona dentro del templo, que aún hoy mantienen separadas. Otro lugar digno de una parada, en este caso muy romántica, es la tumba de Kea, la esposa de un pescador que fue arrastrado mar adentro. Kea esperó a su amado y sigue haciéndolo en el lugar donde descansa para siempre, un precioso acantilado sobre la cala Araiti.
Los amantes del buceo o el snorkel encontrarán su paraíso, pues la corona de arrecife que rodea las Islas Cook crea una laguna oceánica excepcionalmente rica en vida submarina. La comida aquí es rica y sana, basada en las frutas y verduras tropicales. Imprescindible probar el Umu, una forma de cocinar carnes, verduras y pescados envueltos en hojas de plátano y enterrados durante horas entre piedras calientes.

Mitiaro, una experiencia iniciática

Un poco más grande que Mauke (23 kms. cuadrados), Mitiaro cuenta con 200 habitantes cuyas casas son el único alojamiento disponible en la isla. Aquí se encuentran las cuevas calizas más impresionantes del Pacífico. Entre playas, formaciones coralinas fosilizadas y plantaciones de taro, lichis o guayabas conviven cuatro pequeñas aldeas: Atai, Auta, Mangarei y Takaue. Allí vive vive también la reina de Mitiaro, Teikamata Ariki Mii O’Bryan, conocida como Mama Mii, reina de su isla desde 1985.

En la cueva Vai Nauri, en Mitiaro, las mujeres solían celebrar reuniones llamadas terevai en las que nadaban y cantaban melodías ancestrales, en una suerte de ritual de sororidad.

Mitiaro alberga la única cueva de azufre del archipiélago, Vai Marere, cuya entrada se ensancha en una caverna cubierta de estalactitas. Su meseta central es llana y los lagos de agua dulce hacen única esta pequeña y hermosa isla. Roto Nui es el más grande, que ocupa la mitad de la isla, y Roto Iti el más pequeño.
Desde 2022 las Islas Cook se han convertido en un destino en alza, ya que recibieron varios premios internacionales, entre los que se incluyen el premio Lonely Planet’s Top Country to Visit 2022, el World Travel Awards Oceania’s Leading Island Destination 2022 y el Global Traveler Leisure Lifestyle Awards, Best Island Pacific Rim 2022, este último por séptimo año consecutivo.
Más información, en la página oficial de las Islas Cook