Coqui Coqui, hoteles nacidos de fragancias

Viajes

Coqui Coqui, hoteles nacidos de fragancias

La mítica casa perfumera mexicana sorprende con un heterogéneo portfolio hotelero.

Si un perfume pudiera ser un viaje, ése lo firmaría Coqui Coqui. De hecho, bajo esta rúbrica fundada por Nicolás Malleville hace casi dos décadas en México encontramos además de sus fragancias, un exclusivo portfolio hotelero –las llamadas Residencias– y una línea de retail –Oficios Artesanos– con un mismo denominador: la belleza más pura y la elegancia que sólo concede el paso del tiempo.

Malleville llegó a Tulum desde Williansburg, cuando Nueva York aún era Nueva York y Tulum, más allá de sus ruinas mayas, apenas lo conocía nadie. Originario de la pampa argentina y formado como diseñador industrial, dejó atrás una vida frenética de cotizado modelo en busca de su paraíso particular. Con él –y tras él– vendrían muchos gypsetters, como los definió la periodista Julia Chaplin al unir los términos gypsy y jetset para referirse a aquellos que aúnan el espíritu libre nómada del primero con la existencia bon vivant del último.

El diseño interior de cada espacio del Coqui Coqui L’Epicerie de Mérida equilibra la vitalidad de la metrópolis con el encanto de una casa colonial centenaria escondida. Foto: Andrea Gentl.

Entre campaña y campaña publicitaria, Malleville se dedicaba a diseñar jardines y fue en la biblioteca de los Kew Gardens de Londres, en el Jardin de Bagatelle de París y en el botánico Hanbury de la Liguria italiana donde descubrió la flora exótica y sus fragancias del Yucatán mexicano. Apasionado por los viajes, la historia, la vida de explorador –que aún hoy ejerce, junto con su pareja, Francesa Bonato, y sus tres hijos– fundó en la pequeña ciudad mexicana de Valladolid Coqui Coqui Perfumería. Era 2003 y tenía un objetivo: recuperar las fórmulas antiguas que los monjes franciscanos crearon en el cercano convento de San Bernardino de Siena ya desde el siglo XVI y fusionarlas con el legado de la medicina maya.

Caminando hoy por la deliciosa Calzada de los Frailes, que desemboca el mencionado convento, encontramos la Perfumería y el Mesón Malleville. Atravesar su umbral supone un viaje en el tiempo. De hecho, “el edificio donde se encuentra la Perfumería, fue antiguamente una zona de depósito para los monjes del Convento de San Bernardino de Siena para reunir los aceites esenciales locales que se enviarían a Europa”, nos cuenta su fundador desde la Polinesia.

El Coqui Coqui Papholchac Coba Residence & Spa se encuentra a 1,2 km de las ruinas de Cobá, y ofrece alojamiento con restaurante, aparcamiento privado gratuito, piscina al aire libre y bar. Foto: Oskar Bakke.

Maravillan todas las piezas de sus Oficios Artesanos: hamacas, marroquinería, colchas, joyería… todo con raíces locales, elaborado tradicionalmente. En este santuario sensual se exponen también las colecciones de fragancias, Yucatán, Polinesia y Riveira dei Fiori, con sus notas de agave, tabaco, vainilla, coco, de neroli negro… en perfumes, aceites y velas.

Tanto en Yucatán como en Polinesia, Coqui Coqui –cuyo nombre proviene de “de cosquillas, “coqui coqui” es un término de cariño”, nos explica Malleville– posee sus residencias. En Valladolid, encontramos la Perfumería así como el Mesón Malleville. En Izamal, la Casa de los Santos y en Mérida, L’Épicerie. Todas ellas forman parte de la llamada The One Suite Collection. Ya en plena selva, junto a las ruinas de Cobá, se esconde Coqui Coqui Cobá Papholchac Residence & Spa, con cuatro suites… Y quién sabe a dónde les llevará el destino, porque como Nicolás Malleville concluye: “Los destinos nos eligieron. Simplemente seguimos los paisajes y creamos las colecciones en consecuencia, inspiradas por ellos”, concluye.