“Houston, tenemos un problema”, 53 años de la misión Apolo 13

Relojería

“Houston, tenemos un problema”, 53 años de la misión Apolo 13

Omega conmemora el aniversario de un hecho histórico en el que el Speedmaster cronometró 14 segundos críticos en 1970 ayudando a salvar a sus astronautas.

El famoso mensaje de radio, transmitido por Jim Lovell para alertar a la misión de control en la Tierra sobre la situación de emergencia, ocurrió durante la séptima misión tripulada del programa espacial de la NASA, lanzada el 11 de abril de 1970 desde el Centro Espacial Kennedy en Florida. Un equipo de astronautas capitaneado por el comandante James “Jim” Lovell y los pilotos del módulo de mando y lunar, John “Jack” Swigert y Fred W. Haise respectivamente, tenían como objetivo principal realizar un alunizaje en la región de Fra Mauro en la Luna. Lo que ocurrió después ya es historia.

Dos días después tuvo lugar un grave accidente, la explosión de un tanque de oxígeno del módulo de servicio a bordo de la nave, que causó una serie de problemas técnicos.  Entre ellos, la pérdida de energía eléctrica y la capacidad de respirar, poniendo en peligro la vida de los que iban a bordo.

Fue entonces cuando se abandonó el plan de alunizar y la tripulación se centró en su propia supervivencia mientras regresaban a nuestro planeta. Con ingenio, trabajo en equipo y determinación, los astronautas y los controladores de misión en la Tierra consiguieron que todo el equipo regresara a salvo el 17 de abril de 1970, tras casi seis días completos en el espacio.

En la imagen superior, el astronauta James Lovell en su puesto. Sobre estas líneas, los equipos de rescate recogen al equipo de la misión Apolo 13 el 17 de abril de 1970 en el Océano Pacífico. No cayeron al agua sino que amerizaron, es decir, aterrizaron en el agua como parte de los procedimientos de recuperación de las naves Apolo.

Un hito en la exploración espacial –y ejemplo notable de trabajo en equipo, liderazgo y resiliencia en situaciones de crisis en el espacio– en el que los tres astronautas iban equipados con sendos cronógrafos Omega Speedmaster Professional. De este reloj dependieron durante la misión convirtiéndose en su herramienta de navegación y cronometraje, ya que tuvieron que apagar varios sistemas de la nave para conservar energía y recursos, incluyendo los instrumentos de navegación y los relojes internos. Entre los muchos desafíos a los que se enfrentaron estuvo encender manualmente un cohete motor y orientar la nave dañada para reentrar en la atmósfera terrestre. Gracias a su Speedmaster el comandante James A. Lovell cronometró con éxito un encendido del motor de 14 segundos de duración, lo que permitió que la nave Apolo 13 se ajustara con precisión en su ruta de retorno a la Tierra. Esta precisión fue crucial y les permitió aterrizar 142 horas y 54 minutos después del lanzamiento. Como describió James Ragan, ingeniero de la NASA que probó y calificó por primera vez el modelo en 1964: “El reloj era un apoyo fundamental. Si los astronautas perdían la posibilidad de hablar con tierra o fallaban sus cronómetros digitales, lo único en lo que podrían confiar sería en los relojes que siempre llevaban en sus muñecas. Tenían que estar allí por si surgía algún problema”.

También conocido como Moonwatch o el “reloj de la Luna”, ha acompañado a los astronautas en todas las misiones Apolo, incluyendo el histórico alunizaje del Apolo 11 en 1969, cuando Neil Armstrong se convirtió en el primer ser humano que pisó el satélite.

Su esfera tiene un diseño clásico con tres subdiales que muestran la función de cronógrafo de segundos, de 30 minutos y de 12 horas. También cuenta con marcadores luminosos y agujas de hora y minuto con recubrimiento luminoso. Precio: 7.500 euros.

El Speedmaster Professional cuenta con características específicas para uso en el espacio, como una escala taquimétrica en el bisel para medir la velocidad, esfera negra con marcadores luminosos y movimiento mecánico de cuerda manual que no depende de baterías, lo que lo hace confiable en el espacio donde la energía eléctrica puede ser limitada. Además, ha ganado reputación mundial como un reloj icónico y robusto, asociado con la exploración espacial. Un símbolo de la ingeniería y la aventura espacial, perfecto para entusiastas de la relojería y amantes del espacio.

Conocido por su robustez y precisión, está equipado con un movimiento mecánico de cuerda manual calibre 1861, con una reserva de marcha de aproximadamente 48 horas. Precio: 7.500 euros.

El bisel es fijo, con una escala taquimétrica que permite medir la velocidad en función de la distancia y el tiempo. También tiene un revestimiento de cerámica negra en los modelos más recientes, que les proporciona mayor solidez y durabilidad.

Su resistencia al agua es de 50 metros (5 ATM), lo que lo hace adecuado para uso diario y actividades acuáticas básicas, pero no para buceo u otras actividades acuáticas intensivas.

Omega Speedmaster Professional está disponible por 7.500 euros.