La historia de Pagani Automobili, que en septiembre celebrará su 25 aniversario, es relativamente corta en comparación con otros míticos fabricantes de superdeportivos como Ferrari, Maserati o Lamborghini. No obstante, a lo largo de este cuarto de siglo ha conseguido ganarse el respeto de sus competidores más veteranos y hacerse un merecido hueco en el Motor Valley, como se conoce a este “valle del motor” de Emilia-Romaña, la región del norte de Italia que tiene su epicentro en Módena y es conocida por su rica gastronomía y sus bólidos de ensueño.
Situada en San Cesario sul Panaro, un pueblo de Módena de unos 6.400 habitantes, la fábrica de Pagani recuerda más bien a una sastrería a medida por la importancia que se otorga a la personalización de cada pieza. “Nuestra misión diaria es descubrir qué detalles desencadenan las emociones de nuestros clientes”, dice el fundador de la empresa, Horacio Pagani (Casilda, provincia de Santa Fe, Argentina, 1955), considerado “el Enzo Ferrari del último medio siglo”.
De niño, Horacio coleccionaba revistas de automóviles y acudía con gusto al taller de su tío, un diseñador local que trabajaba en proyectos navales y aeronáuticos. Con 20 años debutó en el mundillo de los coches de carreras diseñando un Renault de Fórmula 2 y, tras ganar un concurso de diseño interior de una autocaravana, consiguió una carta de recomendación del piloto Juan Manuel Fangio, su gran ídolo, para trabajar en Ferrari.
No lo consiguió, pero en cambio fue contratado por Lamborghini, si bien el propietario de la compañía no aceptó su propuesta de introducir una división de fibra de carbono. Este desencuentro provocó que el argentino decidiera volar por libre. A finales de los 80 empezó a diseñar su propio automóvil deportivo, hasta que en 1999 presentó el Zonda C12, su primer vehículo producido en serie. Fabricado con fibra de carbono, albergaba un motor Mercedes y sus prestaciones eran comparables a los bólidos de Ferrari o Porsche. A este modelo le siguieron otras diez versiones, a cual más epatante. Y es que Pagani siempre siguió una máxima de su admirado Leonardo da Vinci: cada pieza debía ser bella y funcional al mismo tiempo.
El Zonda dio el relevo al Pagani Huayra, que en su momento fue el superdeportivo fabricado en serie más caro del mundo, superando los dos millones de euros. Fue presentado en 2011, pero desde entonces Pagani ha lanzado cortas ediciones de versiones especiales, cada una más espectacular y cara que la anterior. La sexta variante responde al nombre de Huayra Codalunga (cola larga en italiano) y partió de un encargo de dos coleccionistas de Pagani. Con un precio de 7 millones de euros –lo que le convierte en uno de los coches más caros del mundo– el nuevo modelo está inspirado en los clásicos de los 60. Las 5 unidades ya han sido vendidas.
Creado en la división “Grande Complicazione”
El más bello, elegante y exclusivo de la familia Huayra ofrece una carrocería completamente renovada. “El Codalunga es más largo, más liso, como si el viento se hubiera encargado de modelar unas líneas todavía más elegantes que las del coupé. Nos hemos inspirado en los coches de Le Mans de los años 60, que tenían unas líneas muy puras. Y para ello hemos prescindido de todo lo superfluo. Este coche es el resultado de un complejo estudio de líneas simples”, explica Horacio Pagani sobre su último coche, que ha sido producido por la división “Pagani Grande Complicazioni”, el departamento de proyectos especializado en modelos únicos y de edición limitada que remite a la alta relojería. De aquí han salido también el Zonda Cinque de 2009, el Pagani Imola y el Zonda HP Barchetta.
Los dos coleccionistas encargaron su capricho en 2018, hace cuatro años. Querían un modelo con la elegancia de los Pagani y al mismo tiempo con un toque racing que recordara a los Longtails de las 24 Horas de Le Mans como el McLaren F1 GTR Long Tail o el Porsche 917 LH. El resultado es un superdeportivo de formas redondeadas y suaves. Tiene un nuevo frontal, un nuevo salpicadero y un voladizo posterior 36 cm más largo, con unos acabados de lo más retro: tres pilotos circulares a cada lado y cuatro tubos de escape en la zona central realizados en titanio.
Con las puertas abiertas en forma de alas de gaviota, el codalunga parece a punto de echar el vuelo. A pesar de su mayor tamaño, resulta más ligero que el Huayra normal; sólo pesa 1.280 kilos en lugar de 1.350, aunque no alcanza los 1.218 kilos del Huayra BC.
840 caballos de potencia
Para un modelo tan especial, Pagani también le ha dado una vuelta de tuerca al motor. El V12 atmosférico de 6.0 litros y de origen Mercedes-AMG alcanza los 840 caballos de potencia, 90 más que el motor original. Es el motor de la variante Imola. Para completar el recuerdo de Le Mans, se ha apostado por colores neutros, semimate o incluso mate para evocar las tonalidades del pasado. El interior, igualmente lujoso, opta por el cuero de gamuza envejecido y la fibra de carbono sin pintar. “Además, las maletas fabricadas expresamente para este modelo van a juego con el tapizado”, señalan en el atelier de Módena, de donde saldrá el sucesor del Huayra. De momento, el nuevo prototipo se conoce como “Pagani C10” y será presentado por fin el próximo 22 septiembre de 2022, coincidiendo con el 25 aniversario de la marca. En el Valle del Motor ya se escucha el redoble de tambores…