Arte textil con cabeza

Artesanía

Arte textil con cabeza

Gastón y Daniela sorprende en su escaparate de Velázquez 42 en Madrid con tres imponentes esculturas que tienen la tapicería como protagonista.

Gastón y Daniela se atreve con un insólito proyecto artístico en su escaparate de Velázquez 42 en Madrid. La firma española de alta decoración –referente en el sector textil desde 1876– vincula el interiorismo con el mundo del arte con la ayuda de estudio 240×120, formado por los artistas Amalia Wakonigg y Guillermo Borreguero, encargados de realizar tres esculturas a gran escala con telas de diferentes colecciones de Lorenzo Castillo.

Alejandra Martínez-Barona, directora creativa de Gastón y Daniela, explica a CLASSPAPER que este trabajo nace de la intención de expresar que la tela es un material que puede usarse para dar sentido a una obra de arte, “y que no es simplemente un textil para decorar nuestras casas”.

Para los creadores de esta obra, a quienes Martínez-Barona reconoce que escogieron por su versatilidad y frescura, los límites tanto del arte como de la decoración están desdibujados y sus vínculos adquieren todo tipo de formas constantemente. “Realmente están entrelazados desde los cimientos”, añade Martínez-Barona. “Aunque toda la vida se ha llamado arte menor a la decoración, realmente es una forma de expresión artística. Cualquier tela desde el principio tiene una concepción artística”, advierte.

Las esculturas en tela con la colección de Lorenzo Castillo en el estudio 240×120.

Tras un proceso de mucha investigación, buscando referencias, estudio de materiales y creación de dibujos, las esculturas se han construido empleando materias primas tradicionales, posteriormente tapizadas con tela. “El concepto principal de este proyecto ha sido diseñar tres cabezas de gran tamaño con un estilo más contemporáneo”, explican los artistas.

Wakonigg y Borreguero indican que partieron de la base de los cabezudos de las fiestas regionales, máscaras y esculturas tradicionales. “Decidimos irnos a un formato grande dadas las dimensiones del escaparate y por ello nos pareció importante mantener cierta tranquilidad y hieratismo en las formas de la pieza. Nos inspiramos, por ejemplo, en la pintura de Modigliani más que en su escultura, para así poder jugar después con colores y patrones”, añaden.

Guillermo Borreguero en su estudio, configurando las obras para Gastón y Daniela.

El proceso de investigación fue todo un reto en el que la prueba y error se convirtió en la tónica principal; un trabajo muy extenso en cuanto a materiales, técnicas y procedimientos. “Teníamos como base que el proceso se reflejara en el resultado final y que queríamos trabajar con materiales tradicionales como la escayola y el esparto para el armazón”, reconocen. Martínez-Barona indica que les dieron carta blanca para interpretar las cabezas según su criterio: “Desde el principio sabíamos que el enfoque iba a ser muy contemporáneo. Nosotros simplemente dimos un punto de partida y la interpretación corrió a cargo de los artistas”.

Una vez construidas las cabezas –miden aproximadamente 2,30 metros de alto– emplearon un nuevo concepto para ellos, el patronaje. Para ello forraron las esculturas con cinta y sobre ellas dibujaron todos los trazos para crear las distintas piezas que más adelante tapizarían con diferentes telas: “Lo disfrutamos enormemente, sobre todo cuando después de veintiuna mil pruebas fallidas dimos con la manera correcta. Una vez definido el procedimiento todo fue coser y cantar”.

Dibujos del proceso de las cabezas textiles con las telas de Lorenzo Castillo.

El momento más complejo de todo trabajo fue tomar la decisión de que la obra estaba acabada. “Los deadlines son nuestros mejores aliados, pero también los peores enemigos. Un proyecto artístico es una obra viva que va cambiando hasta el último momento antes de la exposición. Lo bonito ha sido que la idea inicial no se ha mantenido en ningún momento. Ha estado variando durante todo el proceso en base a lo que nos iba pidiendo la propia pieza”, confiesan Wakonigg y Borreguero.

El resultado son tres enormes cabezas hechas de yeso y paja y cubiertas con capas de cartón y tela. Un proyecto denominado “el arte hecho de tela”, con tejidos de varias colecciones de Lorenzo Castillo, como la tela Altai de la colección Volumen V (PVP: 193,60 euros/metro) o la tela Buitrago de la colección Volumen IV (PVP: 141,57 euros/metro).

Foto de las esculturas textiles de Gastón y Daniela creados por el estudio 240x120
Desarrollo de elaboración de las esculturas textiles en el estudio 240×120.

Estudio 240×120

En el estudio 240×120 formado por Amalia Wakonigg y Guillermo Borreguero se definen como los hijos del confinamiento: “Esos tres meses de encierro empezamos a trabajar juntos y nos dimos cuenta de que teníamos muchas inquietudes en común. A ambos nos motivaba la investigación de materiales y nos divertía jugar con la luz y la fotografía también. Así que decidimos mudarnos a una nave donde vivimos y trabajamos. Hemos conseguido dedicarnos a lo que nos gusta; una cosa nueva cada vez. Nuestro momento favorito es sin duda cuando caen en nuestras manos nuevos materiales con los que jugar”.

Ahora, dan la bienvenida a septiembre desarrollando un catálogo de piezas a medio camino entre la escultura y el mueble, además de realizar piezas por encargo de obra de artista y escenografía. En cualquier caso, su escaparte para Gastón y Daniela, que estará vigente hasta octubre, les abre un abanico lleno de posibilidades… Ya que hablamos de una firma capaz de situarse a la vanguardia mediante una gran calidad artesanal, diseño y estética.