Un cuenco de 24 millones de euros

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Un cuenco de 24 millones de euros

Esta vasija 'falangcai' del siglo XVIII será subastada por Sotheby's el 8 de abril en Hong Kong.

Es una pieza excepcional de la porcelana imperial china (falang significa ‘esmalte’), que alcanzó su culmen de perfección durante la dinastía del emperador Quianlong (1711-1799). En unos talleres cercanos a Beijing (actual Pekín), unos maestros artesanos pintaron sobre el delicado cuerpo blanco de este cuenco dos golondrinas amorosas junto a un albaricoquero en flor entrelazado con un sauce y, a su lado, un breve poema evocador de la primavera.

Esta narrativa artística tan bucólica fue un género popular recurrente desde la dinastía Tang y se convirtió en uno de los temas preferidos que adornaban la porcelana falangcai, sobre todo a raíz de la publicación del influyente libro Manual de pájaros escrito por el pintor de la corte Jiang Tingxi. Los movimientos gráciles de las golondrinas reflejan los bailes etéreos y ligeros de las diosas y simbolizan a una cariñosa pareja ya que estas aves permanecen juntas para construir sus nidos y criar a sus retoños.

Los historiadores intuyen que este bol de la doctora Alice Cheng se manufacturó alrededor de 1734, porque unos muy parecidos y con el mismo motivo están fechados en ese año y se pueden contemplar en el Museo del Palacio Nacional de Taipei (Taiwán). Incluso sospechan que fue el mismo esmaltador de la corte de la Ciudad Prohibida el autor de todos ellos. La verdad es que hasta llegar a las manos de Alice Cheng, la vasija ha recorrido un sinfín de aventuras y ha pasado por innumerables manos.

La porcelana blanca está esmaltada (‘falang’) y pintada con motivos bucólicos, una decoración habitual durante la dinastía del emperador Quianlong (1711-1799). En un lado del bol, en la imagen superior, se lee un poema: “Tijeras de jade cortan flores/como prendas de arco iris traídas de la luna”.

Nacida en Shanghai, Cheng es hija del célebre anticuario Zhang Zhongying y nieta de Zhang Jiru, famoso tallador que incluso llegó a trabajar para la emperatriz viuda Cixi, gobernante del imperio entre 1861 y 1908. Con este pedigrí, ella creció rodeada de arte y sus estanterías rebosan de piezas extremadamente valiosas y gran parte de su tiempo lo dedica a la filantropía, en mejorar el desarrollo cultural, educativo y sanitario de las minorías étnicas de Hong Kong.

Según Nicolas Chow, director mundial de arte chino de Sotheby’s: “La belleza sin pretensiones y la calidad exquisita de este extraordinario cuenco de falangcai muestra el gusto de Alice Cheng y su pasión por coleccionar solo la porcelana imperial Qing de la mejor calidad, lo que la llevó a romper múltiples récords en el campo del arte chino a lo largo de los últimos veinte años. Esta obra maestra es uno de los objetos más célebres jamás comercializados en Sotheby’s, tiene una ilustre historia que ha dado la vuelta al mundo durante más de un siglo y, sin embargo, está a punto de comenzar un nuevo capítulo en su larga y distinguida trayectoria”.

La pareja de cuencos (porque, al igual que las golondrinas, siempre se fabricaban dos) entró a formar parte del ‘baúl’ del capitán británico Charles Oswald Liddell que, en 1877 viajó a China y se hizo con ellos. El rastro de los boles reaparece en Londres en 1929 pero, no se sabe por qué ni cómo, solo uno de ellos se pone a la venta en la casa de subastas Bluett and Sons. ¿Qué fue del otro? Nadie lo sabe. La pieza superviviente fue adquirida por Charles Ernest Russell, un neozelandés afincado en Inglaterra y entusiasta acumulador de piezas de porcelana imperial, cristalería irlandesa y mobiliario del siglo XIX. Hacia 1935 se coló en la colección de Sir Percival David, financiero británico nacido en Bombay, también amante de la cerámica china y que fuera poseedor de una de las mayores colecciones de sellos y postales de su país.

Las dos golondrinas amorosas revolotean junto a un albaricoquero en flor entrelazado con un sauce, símbolo de la primavera. La filántropa Alice Cheng le compró este cuenco a su hermano, Robert Chang, en 2006 por 18 millones de euros.

Azares de la vida –o no–, el bol llegó a las manos de la millonaria aristócrata estadounidense Barbara Hutton (Nueva York, Estados Unidos, 14 de noviembre de 1912 – California, Estados Unidos, 11 de mayo de 1979), una de las mujeres más ricas del siglo XX, heredera del imperio de las tiendas Woolworth, a la que la prensa tildó como “la pobre niña rica”. Excéntrica, casada en siete ocasiones, acaparadora de joyas de Cartier y Bulgari, murió sola, arruinada y carcomida por la anorexia.

Pero no nos alejemos de la historia del bol de Alice Cheng. En 1971 fue vendido en una subasta organizada por Sotheby’s (que también dirige la que se celebrará el próximo 8 de abril) a Jun Tsei Tai, más conocido en el mundo de las antigüedades y el dinero como J.T. Tai (1911-1992) quien, de nuevo a través de Sotheby’s, lo puso a la venta en 1985. Lo compró Robert Chang y fue su hermana pequeña, la doctora Alice Cheng, quien se lo apropió en una subasta en 2006 por 18 millones de euros, y ahora es ella la que sitúa la vasija en una puja que comienza por un precio de 24 millones de euros.