Visionario, iconoclasta, inspirador, camaleónico. David Bowie fue una de las figuras más influyentes de la música en la segunda mitad del siglo XX. Tras su fallecimiento el 10 de enero de 2016, el Victoria and Albert Museum de Londres (V&A) ha comprado 80.000 piezas pertenecientes al artista, que abarcan seis décadas de su carrera profesional. Un verdadero tesoro de cartas, instrumentos, premios, fotos, vídeos, sus míticas prendas y escenografías, proyectos inéditos… Todo ello conformará la colección permanente del David Bowie Center for the Study of Performing Arts, que abrirá sus puertas a partir de 2025.
Tanto la adquisición como la creación de The Center se hizo posible gracias a la David Bowie Estate –entidad de los herederos del cantante– además de una generosa donación de 10 millones de libras esterlinas por parte de Blavatnik Family Foundation –Fundación cultural y educativa perteneciente a Led Blavatnik, una de las mayores fortunas del mundo– y Warner Music Group.
Entre las piezas de la colección se encuentra la, en su día, polémica portada del álbum Diamond Dogs, obra del artista belga Guy Peellaert; las icónicas fotografías de Kevin Cummins y Terry O’Neill o un diseño de escenario para la gira Serious Moonlight. Las habituales colaboraciones de Bowie con los más importantes artistas y diseñadores de su tiempo, desde Warhol hasta Alexander McQueen o Yamamoto demuestran cómo su trabajo estaba inmerso en movimientos más amplios del arte, el diseño, el teatro y la cultura, anticipándose a las tendencias e inspirando a generaciones enteras; una fuente de inspiración que hoy sigue vigente.

Como explica el Dr. Tristram Hunt, director del V&A, “David Bowie fue uno de los mejores músicos e intérpretes de todos los tiempos. El V&A está encantado de convertirse en custodio de su increíble archivo y poder abrirlo al público. Las innovaciones radicales de Bowie en la música, el teatro, el cine, la moda y el estilo, desde Berlín hasta Tokio y Londres, siguen influyendo en el diseño y la cultura visual e inspiran a creativos como Janelle Monáe, Lady Gaga, Tilda Swinton y Raf Simons“.
En este completísimo catálogo que recoge la larga y extraordinaria trayectoria de David Bowie no podía faltar su vestuario de escena, como los innovadores conjuntos de la gira Ziggy Stardust diseñados por Freddie Burretti (1972), las extravagantes creaciones de Kansai Yamamoto para el tour Aladdin Sane (1973) o el abrigo Union Jack diseñado por Bowie y Alexander McQueen para la portada del álbum Earthling (1997).

La mayoría de las piezas que componen este legado son parte de su vida más íntima y nunca se han visto en público, por lo que será una oportunidad única para profundizar en la obra, y en la vida de uno de los artistas más importantes e icónicos del siglo XX.