Es uno de los artistas más importantes y reconocidos de la actualidad. Un genio que ha destacado desde sus inicios por su poderoso arte y activismo. Su práctica se desliza por la arquitectura, el diseño, el cine y el coleccionismo. Ai Wei Wei llega a Londres con una exposición basada en su fascinación por los artefactos históricos chinos, poniendo su artesanía tradicional en diálogo con la historia más reciente de demolición y desarrollo urbano en el país asiático. El resultado es una meditación sobre las historias que han sido ignoradas o borradas.
Pero lo que más destaca ‘Ai Weiwei: Making Sense’, como ha sido bautizada, es que incluye una pieza al estilo Monet en la que recrea su propia versión de la obra maestra del impresionista francés: Nenúfares, una serie de más de 200 pinturas creadas entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX que representan su jardín de nenúfares en Giverny, en el norte de Francia (y que actualmente forma parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York). En esta reinterpretación titulada Water Lillies #1 emplea 650.000 piezas de Lego en lugar de pinceladas.

Aunque ya recurrió a los Lego en algunas de sus obras anteriores, esta nueva obra de arte es la más grande que ha creado hasta la fecha. A través ella Weiwei desafía nuestras ideas de realidad y belleza mediante un lenguaje de piezas y colores industriales. Los bloques con forma de píxel sugieren cómo las tecnologías digitales se han convertido en el foco de la vida moderna.
Parte de la obra contiene una zona oscurecida que se aprecia en la parte derecha de la misma y representa, según confiesa, la época en la que él y su padre vivieron en el exilio forzado durante los años 60’. “Nuestro mundo es complejo y se derrumba hacia un futuro impredecible. Es crucial que los individuos encuentren un lenguaje personalizado para expresar su experiencia en estas difíciles condiciones. Sin una historia personal la narración artística pierde su calidad. Aquí integro la pintura impresionista de Monet y experiencias concretas de mi padre y mías en un lenguaje digitalizado y pixelado. Los ladrillos de juguete como material, con sus cualidades de solidez y potencial de deconstrucción, reflejan los atributos del lenguaje de nuestra era de rápido desarrollo en la que la conciencia humana se divide constantemente”, explica Weiwei.
Justin McGuirk, conservador jefe del museo y comisario de esta exposición, añade: “Varias de las obras que aquí se presentan captan la destrucción del desarrollo urbano en China durante las dos últimas décadas. Con esta obra de Lego se observa una visión alternativa: un jardín paradisíaco. Se trata de una obra monumental, compleja y poderosa, y estamos orgullosos de ser el primer museo que la expone”.

Pero ‘Ai Weiwei: Making Sense’ no sólo se centrará en esta muestra. Otros elementos destacados son docenas de objetos y obras de arte de toda su carrera que exploran las tensiones entre pasado y presente, como su urna de la dinastía Han con el logotipo de Coca-Cola, que personifica estos choques.
También se mostrarán varios ejemplos de objetos del artista, en los que ha transformado algo útil en algo inútil pero valioso. Entre ellos, un casco de obrero moldeado en vidrio que se vuelve a la vez fuerte y frágil o una escultura de un iPhone que ha sido recortada de una cabeza de hacha de jade. También se instalarán obras a gran escala de Weiwei fuera de la galería de exposiciones, en los espacios de acceso libre del museo, así como en el exterior del edificio.

Sobre el artista
Ai Weiwei (Beijing, China, 28 de agosto de 1957) es un creador contemporáneo y activista social, uno de los más reconocidos y controvertidos del país. Ha trabajado en varios medios, incluyendo escultura, fotografía, cine, arquitectura y diseño; y se ha ganado fama internacional por sus obras que abordan temas políticos y sociales. Entre las más destacadas destacan Dropping a Han Dynasty Urn (1995), donde él mismo se fotografía dejando caer y rompiendo una urna de la dinastía Han, desafiando la noción de la antigüedad y la historia como algo sagrado o Sunflower Seeds (2010), una instalación en la que 100 millones de semillas de girasol hechas a mano se extienden sobre el suelo de la Tate Modern en Londres. En ella reflexiona sobre la producción en masa, la autenticidad y la libertad individual.
Además de su trabajo artístico, también es firme defensor de los derechos humanos y ha sido un crítico abierto del gobierno chino. Arrestado varias veces, se ha enfrentado a la censura del país a través de su activismo, reconocido internacionalmente con varios premios y honores.