Bienes

Todas las vidas de Norman Foster

El 10 de mayo en el Centro Pompidou de París se inaugura la mayor retrospectiva de las últimas seis décadas de la obra del genial arquitecto.

No se pregunte qué puede hacer usted por la humanidad. Pregúntese qué puede hacer Norman Foster por usted. La respuesta es infinita, global, laberíntica, tecnológica, sostenible… Como las propias creaciones de un arquitecto que nació en 1935 en un humilde barrio de Manchester. Él soñaba con ser piloto, pasión que se encendió durante el servicio militar pero que, afortunadamente para nosotros, tuvo que aparcar en la cuneta, menos mal. Como cuenta Deyan Sudjic en la biografía que esbozó de Norman Foster, si hubiera podido comprarse un avión, hoy no sería arquitecto.

El caso es que estudia Arquitectura y Urbanismo y, tras licenciarse y abandonar su trabajo de administrativo en el ayuntamiento de Manchester, le otorgan la beca Henry para realizar un máster en la universidad de Yale. Allí se hace amigo del gran (también) Richard Rogers y es tal la conexión que une a ambos, que fundan el estudio Team Four en 1963. Este matrimonio, que duró hasta 1967, dio a luz proyectos seminales como la casa Murray Mews, una vivienda en la que la cocina conectaba directamente con el salón, algo que hoy está a la orden del día.

En la imagen superior, el Viaducto de Millau, construido en 2004 para conectar sobre el valle de Tarn, Francia. Elevado a 343 metros presume de ser el puente más alto del mundo. Foto de Daniel Jamme/Eiffage. Sobre estas líneas, un boceto inicial del Millennium Bridge de Londres firmado por Foster. En la esquina inferior derecha se puede leer The needle across the Thames and the eye & the needle (en inglés, la aguja sobre el Támesis y el ojo y la aguja), en referencia a las Agujas de Cleopatra y el Ojo de Londres, ambos monumentos visibles mientras se cruza el puente. Cortesía de The Norman Foster Foundation.

A los 32 años monta el estudio Foster Associates junto a su primera esposa, Wendy (también arquitecta), y colabora asiduamente con el inventor y diseñador estadounidense Richard Buckminster Fuller. Con el paso de los años, en 1992, la firma pasa a llamarse Sir Norman Foster & Partners, manto bajo el que actualmente desarrolla sus proyectos y en el que trabajan alrededor de 1.300 personas en todo el mundo. Pero antes de eso, su minuto de gloria le había llegado al ganar el concurso para levantar el Hong Kong and Shanghai Bank.

Se terminó en 1986 y el planeta se rindió a sus pies, a su finura, a esos trazos modernos pero no futuristas. High-tech es el apelativo que ha acompañado desde entonces a la mayoría de sus obras y a la concepción de su arquitectura. En los años 90 ya es un dios en estos menesteres constructivos, como lo demuestran la Mediateca de Nîmes, el acueducto de Milleau en Francia, la cúpula del Reichstag en Berlín, el City Bank Headquarters en Hangzhou (China), la Torre Swiss RE en Londres, la Torre Hearst en Nueva York, el Appel Park en Cupertino (EEUU), el Ayuntamiento de Londres, el aeropuerto de Beijing (China), la Torre del Commezbank en Frankfurt (Alemania) o el Museo Nacional Zayed en Abu Dhabi, aún en construcción.

Es España se pueden admirar sus proyectos del metro de Bilbao, la torre de Collserola (Barcelona), el Palacio de Congresos de Valencia, las bodegas Portia (Burgos), el diseño de las estaciones de servicio de Repsol, uno de los rascacielos de las Cuatro Torres en Madrid (la torre Cepsa) y, en desarrollo, la recuperación del Salón de Reinos del Museo del Prado para espacio museográfico junto al estudio de Carlos Rubio Carvajal y las obras de rehabilitación de la nave de motores de la Antigua Sociedad de Gasificación Industrial de Cerro de la Plata, en Méndez Álvaro (Madrid).

El 80% de la sede central de Apple está destinado a zonas verdes. Steve Jobs concibió su llamado Apple Park como un refugio natural, más que un complejo de oficinas para sus más de 10.000 trabajadores. Con gran diligencia, Foster diseñó para él un edificio circular considerado como uno de los más sostenibles del mundo. Su construcción terminó en 2017 en Curpentino, California, donde también se encuentran las sedes de Netflix y Facebook.

Con la sostenibilidad por bandera, una inquietud que desde hace ya tiempo obsesiona a Norman Foster, se cuestiona constantemente sobre el hábitat del mañana y el futuro de las ciudades. Estas investigaciones y estudios se desarrollan en la Fundación Norman Foster, depositaria de su legado, que creó en 2016 y tiene su sede en un palacete del año 1902 en la calle madrileña de Monte Esquinza. Es Sir, honoris causa por un rosario de universidades, premio Pritzker (1999), FAD (1992), Mies van der Rohe (1990) y Príncipe de Asturias de las Artes (2009). Todos estos proyectos, y más, se podrán ver en la macro exposición del Pompidou, que ha habilitado cerca de 2.200 metros cuadrados destinados a radiografiar “Todas las vidas de Norman Foster“.

Como él mismo afirma, “esta exposición se centra en la sostenibilidad y la anticipación del futuro. El nacimiento del estudio en los años sesenta coincidió con los primeros signos de concienciación sobre el cuidado del planeta. Eran los primeros brotes de lo que más tarde se llamaría movimiento verde. Puede que ahora estos principios sean la corriente dominante, pero hace más de medio siglo eran revolucionarios y anticipaban la realidad actual. A lo largo de las últimas décadas hemos tratado de desafiar las convenciones, reinventar los edificios y construir una arquitectura de luz y ligereza, inspirada en la naturaleza y que pueda ser respetuosa con el medio ambiente“.

La muestra recoge su obra a través de siete temas: Nature and Urbanity; Skin and Bones; Vertical City; History and Tradition; Planning and Place; Networks and Mobility y Future. Dibujos, bocetos, maquetas originales, dioramas y vídeos permitirán a los visitantes conocer hasta 130 proyectos del arquitecto. La entrada, ya de por sí, atrapa la vista porque se van exhibir dibujos, cuadernos de bocetos, esbozos y fotografías tomadas por el propio Foster. Y desperdigados por ahí, obras de Fernand Léger, Constantin Brancusi, Umberto Boccioni, Ai Weiwei, varios automóviles clásicos y algunos diseños industriales que le han servido de inspiración.

La exposición también hará ofrece un recorrido de la vida del arquitecto. En esta fotografía de los años 60 se ve a los integrantes del estudio Team Four, un equipo formado en 1963 por Norman Foster (primero por la derecha, segunda fila), Richard Rogers (en el centro), Su Brumwell y las hermanas Georgie y Wendy Cheesman que se disolvió en 1967.

Pero no queremos terminar este vistazo a la madre de todas las exposiciones sobre Norman Foster sin apuntar que el 17 de mayo, durante la Bienal de Arquitectura de Venecia, se expondrá un prototipo a tamaño real en los Jardines de la Marinaressa y una muestra en el Palazzo Mora del proyecto Essential Homes que delinea un modelo sostenible, confortable, duradero y digno para las personas desplazadas: desde el hormigón bajo en carbono ECOPact hasta los innovadores sistemas de aislamiento Elevate y Airium.

Este gran evento ha sido germinado por la Fundación Norman Foster y la empresa suiza Holcim. El arquitecto dice al respecto: “Las catástrofes naturales y las provocadas por el hombre generan un éxodo continuo de personas en busca de refugio. Tradicionalmente, las tiendas de campaña o sus variantes han sido la respuesta a esta situación, pero ofrecen una escasa protección frente a los elementos. ¿Cómo podemos hacerlo mejor? Durante la Bienal de Venecia exponemos un primer acercamiento a esta idea, resultado de meses de intenso trabajo en colaboración con Holcim“. Una doble ración de Foster nunca puede sentar mal… ya saben lo que ha hecho por ustedes.

La exposición se podrá visitar del 10 de mayo al 7 de agosto de 2023 en el sexto piso del Centro Pompidou (Place Georges-Pompidou, 75004 Paris, Francia).