La arcilla cobra vida con las minifiguras del artista Frode Bolhuis

Arte

La arcilla cobra vida con las minifiguras del artista Frode Bolhuis

Este escultor holandés realiza pequeñas y coloridas piezas que exploran las emociones intrínsecas del ser humano y parten de los 700 euros.

Fue Andy Warhol quien dijo que debemos dejar que las pequeñas cosas que normalmente nos aburrían, de golpe comiencen a emocionarnos. Esta frase del padre fundador del pop art americano sirve como punto de partida perfecto para apreciar las obras en miniatura de este escultor. 

Desde el estudio de su propia casa, Frode Bolhuis (Almere, Países Bajos, 19 de julio de 1979) diseña pequeñas y divertidas figuras de arcilla. Aunque llevaba años especializándose en el género, fue en febrero de 2022 cuando se propuso crear un mínimo de dos figuras por semana que estuvieran influenciadas por los sentimientos y el diseño. Si nos adentramos en su estudio encontramos todo un elenco de curiosidades colgando a lo largo de sus cuatro paredes, unas piezas que él denomina “esculturas cotidianas”. Cada una de ellas retrata una postura sutilmente diferente al resto, recordándonos que las emociones hablan por sí solas a través de nuestro cuerpo.

El elemento base de sus obras es la arcilla polimérica, pero las innumerables prendas y accesorios que les añade se elaboran con tejidos, madera, plástico y metal. Además, los acabados con pintura de tonos pastel le ofrecen la posibilidad de crear un número prácticamente infinito de protagonistas.

Figura Olivier
En la imagen superior, obra ‘Para defender una verdad profundamente sentida’ (2022), escultura número 67. Arcilla polimérica y latón. Altura: 16 cm. Sobre estas líneas, ‘Olivier’ (2020). Arcilla polimérica, acero, madera y pintura. Altura: 24 cm. Precio: 1.795 euros.

La importancia del lenguaje corporal

Ya sean curiosidades, como una boina roja de un hombre con el que se cruzó mientras paseaba por Lisboa y le inspiró a crear un nuevo relato, hasta uno de sus miedos más profundos, como el de hablar en público, cada uno de los diminutos personajes que configura esconden una historia detrás que siempre está inspirada en un sentimiento concreto del artista. “La figura humana es perfecta para contar historias porque estamos acostumbrados a verla a nuestro alrededor todo el tiempo”, cuenta a CLASSPAPER. “Cuando la persona que tenemos delante tiene los hombros un poco levantados, por ejemplo, sabemos que está tensa. Cuando los brazos están abiertos significa que hay suficiente confianza e instintivamente estamos contentos de abrir los nuestros”, añade.

Aunque admite que para diseñar una escultura hay que tener un punto de partida (en su caso, la forma humana), la mayoría de sus creaciones surgen en el momento. “Cuando comienzo el proceso ya sé si va a ser una figura amarillenta o amarronada y si va a ser hombre o mujer. Tengo todos estos materiales en mi estudio y me he pasado toda una vida observando el arte y el mundo que me rodea, así que me dejo llevar. A lo mejor acabo de comprar una tela nueva y quiero usarla, o cojo una herramienta y veo que me crea un nuevo patrón. También hay momentos en los que observo algo de otro artista o diseñador, quizá una pintura abstracta, un cuadro antiguo o una buena pieza de diseño que me inspiran a dar forma a mis proyectos”, confiesa.

Esta escultura recibe el nombre de ‘Laura’ y estuvo expuesta en KunstRAI, feria de arte contemporáneo con sede en Ámsterdam. Arcilla polimérica, plástico y acero. Altura: 22 cm. Precio: 1.795 euros.

Escultor desde la infancia

Bolhuis se aficionó por la escultura desde que era casi tan pequeño como los seres que ahora crea. “Nací en una familia de artistas. Mi padre era escultor y tenía un estudio al lado de casa en el que yo podía entrar cuando quisiera y ser testigo de la magia que allí se creaba”, relata. Con solo diez años comenzó a ayudarle y a aprender sobre este arte. Más adelante, habiendo cumplido los 16, su padre le consiguió un puesto de aprendiz del oficio en Inglaterra, donde se formó durante dos años. “Aquello supuso mi verdadera inmersión en el mundo del arte”, confiesa. Después de eso regresó a Países Bajos y continuó sus estudios en la Academia Minerva de Groninga, al norte de Holanda, donde se acabaría graduando.

Empezó a trabajar haciendo trabajos por encargo, sobre todo obras de gran tamaño para el espacio público. Pero poco a poco se dio cuenta de que, para él, el proceso creativo primaba sobre la exposición final de la obra y acabó centrándose en sus propios proyectos. Ahora aplica los conocimientos que adquirió con la maquetación de grandes obras en dimensiones más pequeñas, donde puede disfrutar sin molestias de su proceso creativo.

Artista Frode Bolhuis
Retrato del escultor Frode Bolhuis, en su estudio en Almere, Países Bajos.

Además de su progenitor, son muchos los artistas a los que admira. Uno de ellos es el japonés-americano Isamo Nuguchi, que estuvo especialmente activo durante la primera mitad del siglo pasado e hizo obras no solo como escultor, sino también como diseñador.

Desde hace un tiempo vive en Almere junto con su mujer y sus hijos. El artista fue pionero hace años cuando, junto a un grupo de personas de ideas afines, hizo planes para construir una comunidad residencial que pudiera combinar guarderías y otras formas de vida autosuficiente. La supervisión de la construcción, llevada a cabo por él mismo, resultó ser un trabajo de gran envergadura, un proyecto por el que aparcó durante dos años su labor como artista visual.

Ahora se dedica únicamente a la realización de sus esculturas en su estudio. “Se venden muy bien y he descubierto que van dirigidas a un amplio abanico de personas. Salvo un par que nos quedamos mi mujer y yo porque nos gustaron mucho, todas las demás se han vendido”. Las figuras de la nueva colección alcanzan una altura de entre 15 y 25 centímetros y, salvo excepciones, la mayoría se venden por 700 euros cada una.

1 / 5'En el oro confiamos', escultura número 94. Hecha en pan de oro. Altura: 16 cm. Precio: 850 euros.

2 / 5'Ninguna palabra es favorable si uno no puede dejarla pasar', obra número 93. Arcilla polimérica y textil. Alto: 15 cm.

3 / 5'Las cosas que llevamos', obra número 74. Arcilla polimérica y textiles. Alto: 19 cm.

4 / 5'Porque la muerte es parte de la vida', obra número 83. Arcilla polimérica. Alto: 16 cm.

5 / 5'Apariciones inesperadas', obra número 86. Arcilla polimérica. Alto: 18 cm.